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TARA

UN NOMBRE PARA EL RECUERDO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siempre que me refugio en mi CINEPARAISO, no puedo evitar rodearme de los momentos y secuencias que han marcado mi vida. Es como si contemplase un cuadro, y yo pudiese introducirme en el paisaje como una vulgar Alicia en el país de las maravillas, y hasta recibo el aroma a tierra mojada, siento el aire en el rostro y tropiezo con esos personajes inolvidables de mis películas fetiche. Puedo parecer un fantasioso, un descerebrado que vive de la magia que le proporciona el cine.... y señores, no lo es en absoluto, el cine forma parte de mi existencia, él me ha dado ilusión, vida, creatividad y una manera maravillosa de poder expresar estos sentimientos escribiendo en mi Web. Dejando aparte a mis dos hijos, no creo que haya nada en el mundo que mas me plazca que contemplar esas películas que me formaron como hombre y cinéfilo. Es obvio decir que la tierra roja de la plantación de Tara es mi suelo por donde camino miles, millones de veces, y sueño, sueño y aunque los sueños, sueños son.....para mi es un maná que me mantiene vivo. Noto mis pisadas por los campos que conducen a la residencia de los O'hara, y me enfundo como una desaliñada Escarlata, cuando corre como desesperada a su vuelta de Atlanta y golpea la puerta de Tara, hasta que sorprendida ve el rostro de su padre abriendo. Todo lo que rodea esta historia está plagada de algo especial, algo que te ata ante la pantalla, de lo que no puedes prescindir mas y así esta siendo a pesar de los muchos años que mis ojos se bañaron de su rojo cielo. No puedo expresar mejor mi amor total por esta película, es mi punto de referencia y creo que muy justamente se la ha denominado "El film de todos los Films". LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es una obra maestra, de culto, de mil enseñanzas, pero ante todo sigo sintiendo el placer inconfesable de estar CAMINANDO POR LA TIERRA ROJA DE TARA y oliendo su tierra, también es mi hogar, y estando en ella, las cosas se piensan mejor... por eso siempre "Mañana será otro día", pero otro día en el que poder penetrar como la heroína de Lewis Carroll, en ese cuadro majestuoso de una casa que vibra por si sola, en una plantación de algodón a la que sus dueños bautizaron  con el nombre de TARA.

 

 

 

 

Cuando se piensa en los grandes Films, se suele decir que es una película de tal o cual director, una obra maestra de éste o de aquél. Pero GONE WITH THE WIND, es la obra cumbre de toda una industria cinematográfica, la obra maestra de un productor y de un equipo de artesanos con un objetivo común: Hacer el mejor film de la historia cinematográfica estadounidense hasta esa fecha. Bajo su dirección estuvieron George Cukor, Sam Wood, y Víctor Fleming, que fue quien la acabó y quien rodó toda la segunda parte. Su banda sonora  brillante al esplendoroso trabajo de Max Steiner, con ayuda de William Axt y a Franz Waxman, además de poner la orquesta de la Warner, como también a Adolph Deutsch, Hugo Friedhofer o Heinz Roemheld. No hay nada más que ver la cantidad de los nombres que trabajaron para esta producción para darse cuenta de las dimensiones del proyecto en aquella época. Luego está el guión, un guión cuyas frases se han hecho célebres a lo largo de décadas, con magníficos diálogos de inolvidable memoria que vertebran el curso narrativo de una historia imperecedera que no decae en ningún momento y que va acelerando el corazón del público conforme avanza su metraje. Un guión igualmente de equipo, con Sidney Howard a la cabeza, y ayudado por talentos fuera de lo común como eran Ben Hecht o Jo Swerling. En los estrenos de 1939 pocas fueron las actuaciones que se pudieron ver en las salas de cine tan subyugantes como las que aportaron las actrices y los actores de LO QUE EL VIENTO SE LLEVO... Si uno analiza los trabajos de Vivien Leigh, Clark Gable, Olivia de Havilland o de los inolvidables secundarios como Thomas Mitchell, Hattie McDaniel, Ward Bond o Harry Davenport, junto con la aportación de Butterfly McQueen como 'Prissy', se advierte que pocos films de estas características desarrollan un elenco de tanta calidad... vestuario, maquillaje y peluquería así como el decorado con esas máscaras pintadas como fondos, auténticas obras de arte de diseño y pintura, sumaron detalles de una enorme calidad artística que hicieron a mi juicio el mejor melodrama épico de la Historia. Un drama, por otra parte, se zambulle en otros géneros; en el bélico a través de los temas de la barbarie y la sinrazón de la guerra, y en el del oeste a través de las cargas de la caballería y el expolio a los civiles. Toda una obra absoluta que perdurará en la memoria de quien la contemple bajo los acordes de 'El tema de Tara' de Max Steiner, de quien Leonard Bernstein afirmó en su día que, ninguna música como la de Steiner, exportó tanta popularidad de la cultura musical americana al extranjero.

 

 

La novela de Margaret Mitchell, era a finales de los años 30 uno de los libros más vendidos de los EE.UU,  lo que había impulsado a varios productores a interesarse por ella. Pero este interés no sobrepasó nunca los primeros contactos, puesto que tanto MGM como RKO o Warner Bros consideraban un riesgo excesivo y una hazaña poco menos que imposible llevarla a la pantalla. Fue, sorprendentemente un joven productor independiente, David O. Selznick, quien adquirió los derechos de la obra por la suma de 50.000 dólares. Selznick, que había trabajado como jefe de producción de MGM y RKO, estableció en 1936 su propia productora, la Selznick International Pictures, de la que salieron films tan notables como El jardín de Alá, El tercer hombre, Estación Termini, Jennie, Duelo al sol, y la trilogía Hitchcock Rebeca, Recuerda y El proceso Paradine. David O, Selznick era un hombre meticuloso, exigente e iracundo, amén que movido por una «política de calidad», heredada sin duda de su pasado en la Metro, Selznick contrató de inmediato para la dirección de la película que certeramente intuía que había de ratificar su naciente empresa a George Cukor,  impulsado probablemente por la fama de éste como director de actrices, e igualmente por una cuestión de prestigio, encargó la realización de los decorados a William Cameron Menzies y Lyle Wheeler y del vestuario a Walter Plunkett. También pensó en Clark Gable para el papel de Rhett Butler, entrando en tratos con MGM, con quien Gable tenía un contrato en exclusiva. A pesar de que los máximos dirigentes de la productora, al igual que el propio Gable, creían que el actor más adecuado podía ser Gary Cooper, Errol Flyn o Ronald Colman, Selznick se negó a admitirlos y Gable tuvo que aceptar un tanto a la fuerza un papel que no le apetecía, (su contrato le impedía rechazar cualquiera de los que la firma del león le propusiera). Además la Metro participaría en la producción con 1.250.000 dólares sobre un presupuesto total de 3.700.000, o sea con la tercera parte aproximadamente, recibiendo a cambio los derechos de distribución y un porcentaje sobre los beneficios.

 

 

 

Cuando GONE WITH THE WIND se estrenó en un Londres bombardeado por la Luftwaffe, fue un éxito descomunal y se mantuvo en cartel durante cuatro años. A ambos lados del Atlántico la gente amaba una película que era una recreación majestuosa de toda una casta y un punto de vista personal sobre la esclavitud, Era el retablo de un paraíso perdido cuya gracia y armonía dependían en parte de los negros. Y sin embargo, hay que estar hecho de acero blindado para no conmoverse con el tema de Tara, mientras Vivien Leigh jura que nunca pasará hambre, mientras la música de Max Steiner evoca jardines de rosas, cielos estrellados y deseos de revancha.

 

Cuando LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ se estrenó en Francia fué en la posguerra, porque Goebbels la había prohibido durante la Ocupación, los espectadores la vieron como una historia de invasión y supervivencia. Los prisioneros políticos bajo el genocida Mengitsu, en la Etiopía de los 70, encontraban consuelo con las copias que les llegaban clandestinamente. Cada tribu, cada nación, veía en la película su propia historia de resistencia, la victoria de la civilización sobre la opresión, siendo el opresor el que mejor convenga: Los yanquis en Estados Unidos, los nazis en Europa, el Terror Rojo en Etiopía o los dictadores en Grecia... LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, escribía historia hasta mas allá del Atlántico... Con más de 250 millones de espectadores, es la película mas vista de la historia, y con CIUDADANO KANE, CASABLANCA y la trilogía de EL PADRINO, comparte los honores de encabezar el ranking de excelencia. Después de mas de 70 años sigue seduciendo con el indiscreto encanto de su melancolía, de sus casi cuatro horas y de sus records, algunos de los cuales no se ha llevado el viento: tres de sus frases aparecen en el top de las citas más famosas del cine; en el multitudinario casting para elegir a la protagonista participaron 1.400 actrices, tuvo cinco directores, 15 guionistas y un presupuesto de cuatro millones de dólares de la época, pero su recaudación, estimada en unos 400 millones de dólares, la convierte en el negocio más rentable jamás filmado.

 

 

 

Yo, desde que ví la película en el desaparecido Palacio del Cine de Madrid, no he vuelto a ser el mismo, es mas, ahora veo el cine como algo mágico, cercano, como si este drama de amor y guerra, fuera una vida uniéndose a mi existencia, y buscaba y buscaba entre la poca información que se tenía en aquel periodo dictatorial franquista: laminas, comentarios, libros, criticas y todo ese mundo enorme que podía relacionarse con GONE WITH THE WIND. Me sentía un erudito en todo lo relacionado con aquella película de enorme metraje. Caminaba por Tara...olía a lluvia, y admiraba hipnotizado un bello rostro de mujer. Todo esto sigue a mi lado, y lo hago ahora con mayor motivo, porque aún siento mis pies mezclarse con su tierra, por los campos de algodón, y si levanto mi vista, la residencia de Tara emerge majestuosa ante mi, como un templo, donde sus amplias columnas siguen siendo testigos de una vida de familia destruida, entre el amor, la guerra y la ambición. Tara es mi lugar sagrado....siempre regreso allí cuando quiero volver a ser yo, y este es una de esos momentos.

 

 

 

 

Los cientos de problemas que surgieron mucho antes de comenzar su rodaje fueron infinitos y en muchas ocasiones el propio Selznick quiso tirar la toalla, pero su fanatismo por la obra de Margaret Mitchell, siempre emergía victorioso, con ideas, creatividad, y su desmedido afán por llevar al cine el drama sureño, le mantenía vivo. En lo que no estaba decidido todavía, y tardó más de un año en estarlo, era la elección de la protagonista femenina. Después de lanzar al efecto una campaña de prensa, no exenta de motivos publicitarios, se presentaron al estudio centenares de actrices y se hicieron multitud de pruebas. De las tres candidatas iniciales: Bette Davis, Katherine Hepburn y Tallulah Bankhead, ninguna convencía a Selznick. Bette Davis estaba unida por contrato con Warner Bros., productora que proponía a Selznick unas condiciones similares a las que posteriormente éste firmaría con MGM, pidiendo el papel masculino para Errol Flynn. Probablemente, Davis era la actriz que mejor se adaptaba al personaje, Bette hubiera estado magnifica dando vida a Escarlata, por el que Margaret manifestaba una notoria adversidad, acumulando en ella la codicia, la coquetería, la vanidad y la falta de escrúpulos con tal de conseguir sus propósitos. Aspectos que en la versión cinematográfica quedarían disimulados por la magistral interpretación de Vivien Leigh, cuya apariencia ingenua refuerza la pureza de sus sentimientos y hace disculpables sus excesos. Finalmente el proyecto con Bette Davis se desechó también al negarse a aceptar como pareja a Errol Flynn, actor que juzgaba mediocre, mujeriego, borracho y homosexual. Por su parte, la RKO proponía a Katherine Hepburn, quien si bien contaba con el carácter y la decisión necesarias, le parecía a Selznick poco atractiva, condición indispensable para su venerada Escarlata. En cuanto a Talullah Bankhead fue rechazada por considerarla demasiado mayor, para las escenas iniciales en que la protagonista celebra su dieciséis cumpleaños. Igualmente desfilaron para la obtención del codiciado papel: Lana Turner, Susan Hayward, Paulette Godard, Norma Shearer, Miriam Hopkins, Carol Lombard, Loretta Young, Jean Arthur, Lucille Ball, Joan Bennet e incluso Olivia de Havilland, que encarnaría el papel de la dulce Melania, después de haber sido rechazado por su hermana Joan Fontaine. De algunas de estas pruebas se conservan copias, visionadas hace tiempo en un estupendo documental pasado por televisión, que habría sido el complemento ideal del film de tener los programadores más imaginación.

 

 

 

Sin haberse decidido todavía quién sería Escarlata O´Hara., William Cameron Menzies comenzó a rodar las escenas del incendio de Atlanta, destruyendo antiguos decorados del estudio con la doble finalidad de utilizarlos por última vez y de limpiar los grandes platós que el guión requería. Al parecer, y según cuenta la propia Vivien Leigh, fue precisamente la noche del «incendio» cuando le fue presentado Selznick, quien concertó con ella una prueba de rodaje como había hecho con las anteriores solicitantes. Vivien Leigh, de origen inglés pero nacida en la India, era conocida por el público americano únicamente por su actuación en el segundo papel femenino de Un yanqui en Oxford, producción MGM rodada en Inglaterra y protagonizada por Robert Taylor, Maureen O'Sullivan y Lionel Barrymore, siendo el motivo de su estancia en Hollywood el haber ido a reunirse con Laurence Olivier, en pleno rodaje de Cumbres borrascosas. Quiero señalar que el «descubrimiento» de Vivien Leigh, con 26 años frente a los 38 de Clark Gable, en la cumbre de su fama, se vio reflejado en el primer cartel anunciador del film, al ir precedido su nombre como: «and presenting», posteriormente fué eliminado al obtener el Oscar de la Academia por su interpretación. LO QUE EL VIENTO SE LLEVO es una referencia para mi en muchos sentidos, es cine puro y duro, realizado hace mas de 70 años, con especialistas seleccionados con lupa y con una factura que hace de la película un clásico entre los clásicos. Comprendo que habrá muchos cinéfilos que no estén de acuerdo conmigo, y siento lastima por ellos, nunca podrán sentirse plenos, ansiosos por descubrir detalles sobre el film, seguir venerando a una actriz como Vivien, cuya admiración te lleva a seguir su vida, su enfermedad, su amor por Larry Olivier, sus obras teatrales, su metamorfosis siempre dispuesta. No concibo otra Escarlata que no sea Vivien, ella lo sabía y vivió toda su vida, obsesionada por el personaje que la lanzó hacia lo mas alto. Hasta su cama era una replica de la utilizada en el film. Vivien era mucho mas que una actriz, reunía el encanto, la soberbia, la coquetería y el drama de las mujeres que se marcan a fuego en el corazón de los hombres y bañarse en sus ojos, pueden creerme, es uno de los mayores placeres que he sentido. Si LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ es una referencia, Vivien Leigh es la razón de que todos los que llevamos el cine en vena, podamos seguir caminando por Tara con los ojos bien abiertos....con la esperanza de encontremos a una muchacha de 16 años, con un traje blanco, corriendo al encuentro de su padre.

 

 

 

El rodaje se inició el 26 de enero de 1939 y duró hasta el 27 de junio del mismo año. Los problemas, sin embargo, no estaban terminados: no habían hecho más que comenzar: Habiéndose confiado el guión a Sidney Howard, éste se negó a desplazarse a Hollywood, como era deseo de Selznick, y se limitó a remitir una primera versión dialogada del texto original que significaba unas seis horas de película. Para reducirlo, Selznick contrató a Scott Fitzgerald, Olivier H. P. Garret y posteriormente a Ben Hecht, quienes fueron también despedidos a causa de sus desavenencias con el productor, el cual intervino también en la redacción definitiva del guión. Algo similar ocurrió con el director, George Cukor, que igualmente se vio forzado a abandonar el film a las tres semanas de iniciado, a consecuencia del descontento de Clark Gable, que creía ver en su atención por los detalles una incapacidad para dar al conjunto el aliento épico que requería, y también por culpa de ciertos roces que venían de años antes, cuando Gable ejerció de chapero en Los Angeles, el actor temía que eso se supiera y dado el carácter homosexual de Cukor, hasta que no consiguió relegarlo a un tercer lugar no paró. Tengamos en cuenta que la relación entre David O. Selznick y el actor era muy grande. Su expulsión fué un duro revés para las actrices Vivien Leigh y Olivia de Havilland, que confiaban más en él que en su sucesor Víctor Fleming, según se rumoreó, Vivien Leigh y Olivia siguieron entrevistándose secretamente con Cukor para pedirle consejo sobre sus personajes.

 

 

 

 GONE WITH THE WIND, es una superproducción a nivel técnico en la que todo es destacable: vestuario, magníficos decorados, banda sonora y su bellísima fotografía. Afortunadamente sus cualidades no son sólo técnicas, la película cuenta con un excelente guión, centrado en una historia de amor y con personajes perfectamente definidos, capaces de mostrar un amplísimo espectro de emociones, cautivando al espectador. Clark Gable consigue ser más creíble como atípico galán y Vivien Leigh...¿que se puede decir de Viv?, ella es el arte mismo y lo demostraría años después por su composición de Blanche Dubois en UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, al lado de Brando. Vivien pudo presumir a lo largo de su corta vida, de haber interpretado uno de los personajes más fascinantes, tanto de la literatura como del cine, bordándolo con hilo de oro a pesar de la complejidad del mismo, una personalidad que abarca todos los estados de ánimo... Por ella y con la imaginación trabajando al cien por cien, siempre en sus imágenes, busco la plantación, espero verla correr entre los matorrales, sujetando su amplio sombrero, mientras bajo mis pies está la tierra roja del Sur.. Es lo único que el viento no se ha podido llevar.

 

¿Cuál es el secreto de su éxito?... Numerosos sociólogos ocasionales han desarrollado diversas hipótesis. Las más difundidas se atribuyen a la generalizada adhesión que Escarlata O'Hara despierta en el público, a la situación de posguerra que atravesaba Europa en el momento de su estreno. Hecho que posibilitó la identificación en la mayoría de los espectadores con el famoso juramento de: «A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre». Probablemente algo de cierto hay en ello, pero de poco sirve explicar la acogida que siempre ha despertado el film.. ¿Cansancio del cine actual, cada vez más abocado a callejones sin salida, efectos especiales, y  Films realizados sin amor? ¿Consecuencia de una sensibilidad «retro» que va más allá de la moda pasajera y consiguiente revalorización del «star-systern», matizado por el lógico distanciamiento que impone el paso del tiempo? ¿O, simplemente, el placer de visionar un film con sentido del espectáculo y la palabra, en el que todos sus componentes consiguen un equilibrio que hoy nos parece modélico y absolutamente perdido?

 

 

 

Todos los que escribimos, sentimos una imperiosa necesidad de trasmitir nuestros sentimientos, ideas y comentarios a otras personas. Seres que al igual que yo, bucean incansables entre la imaginación y la fantasía, solo que en algunos casos esta fantasía es una realidad que se palpa tangible, que salta, bombeando las venas que llevan una sangre que hierve. Para mi esta película es mas que un film, o una sucesión de bellas y coloristas imágenes de una historia que es mas nuestra que de la propia Margaret Mitchell. Doce Robles es la plantación por excelencia, en ella suceden acontecimientos que el paso de la guerra lo deja irreconocible, Tara es la tierra, las palabras de Gerald O´Hara son la Biblia y Atlanta la ciudad, el lugar donde el rojo es mucho mas que color.... y así vamos acompañando a una llorosa Escarlata que, ruega, suplica y se arrastra ante las escaleras, mientras su esposo se va alejando, envuelto en niebla. No podría ser otro final, nadie puede cambiar una historia de orgullo, amor y guerra de forma diferente, lo que sucedería posteriormente es ese sueño que mil veces nos ha sobresaltado, porque LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, para los que llevamos muchos años estudiándolo, admirándole y amándole, es y lo repetiré siempre que me quede un soplo de vida; EL FILM DE TODOS LOS FILMS. Para los izquierdazos, antiamericanos y partidarios del cine público, intervenido o subvencionado, esta obra representa la perversión hollywoodiense; para el resto es una película de gran intensidad dramática, escenográfica y artística, fácil de ver hasta para una persona con poca cultura cinematográfica. Sí, Escarlata es una joven estúpida y odiosa al comienzo del filme, pero acaba siendo una mujer fuerte y emprendedora al final del mismo, y en esa transformación que dura 4 horas y que precisa de la muerte dé media docena de seres queridos, del hundimiento de su mundo, y de un hambre voraz, se asoman por la pantalla ecos del Nacimiento de una Nación, del Gran Desfile, de Cabiria, y todo ello en color... Ni podemos imaginarnos lo que significó para su época... Claro, ahora que todos hemos visto Ordet, Ciudadano Kane o 2001, podemos decir de ella que es facilona, caprichosa y demás, pero esas críticas delatan nuestro prejuicio. ¿O son deleznables los contraplanos expresionistas de Escarlata? ¿O es que da asco la banda sonora de Max Steiner? ¿Nadie ha deseado ser como Rhett Butler?, podrán decir, mintiendo como cosacos que está mal interpretado... No señores, LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es un film monumental, bello, redondo, entretenido, fundamental para la historia del arte popular que hace innecesario el uso de censuras personales. Es mi fuente de inspiración, el film que amaré siempre, porque creo que es un film sobresaliente...

 

 

Existen pocas películas más llenas de vida que Lo que el viento se llevó, como pocas veces también han sido mejor empleados los escenarios, por supuesto artificiales, ya que ni una sola toma fue rodada en Georgia. Véase: la magnificencia de Tara y, en contrapartida, la tristeza de su ruina posterior; la fuerza dramática de la huida de Atlanta, donde la habilidad de la puesta en escena se oculta a tres de los cinco personajes que ocupan la carreta descubierta, para mayor lucimiento de la pareja protagonista; los operísticos fondos rojos, como el de la separación de Rhett y Escarlata tras el incendio o el desafiante juramento de la protagonista al final de la primera parte; o el antológico plano de la hacienda de Tara, observada por Escarlata y su padre de espaldas al espectador... ¿Donde estas Tara?, ¿donde puedo volver a sentir esa emoción escénica?, creo que imaginándome observador fantasma e ir caminando por su roja tierra. Yo creo en los milagros, y el cine tiene muchos, solo espero que alguna vez pueda ser yo el que divise Tara de espaldas al espectador, con ese fondo alejándose, entre un crepúsculo rojo como la sangre. Lo que aproxima más este film a los de Sirk sea la utilización de las grandes escaleras, que como es sabido constituyen un elemento dramático de primer orden. De su peculiar función son buen ejemplo: la primera aparición de Rhett Butler, con un travelling de acercamiento; la ocultación de Escarlata para escuchar sin ser vista la conversación de Melania con sus amigas; la triunfal subida de Rhett con Escarlata en brazos, después de una violenta discusión entre ambos; el asesinato del soldado yanqui de un tiro en la frente; la majestuosa escalinata doble de Los Doce Robles que, destrozada después de la guerra, se yergue surreal hacia la noche y el infinito; la caída de Escarlata por la escalera, perdiendo el hijo que esperaba y, en las escenas finales, su subida y bajada de las mismas llamando desesperadamente a Rhett, para acabar llorando su derrota echada sobre los peldaños. De la alegría al dolor, del esplendor a la miseria, del temor a la esperanza, las escaleras de Lo que el viento se llevó son marco idóneo para realzar las acciones y los sentimientos de sus protagonistas.

 

 

 He de confesar que soy un enamorado de las secuencias con escaleras, ahora me viene en la mente EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, de Wilder, con ese plano largo, donde Gloria Swanson hace una reencarnación de si misma entre divina y diabólica, pero única. Creo que es una de las escenas mas bellas que he visto. Siento como si algo dentro de mi se va, difícil de explicar y fácil de entender por todos los que escriben. Cuando sientes que esta cercano el fin de un articulo que has escrito con todo el amor del mundo, intentando informar lo poco que se de GONE WITH THW WIND, el aire te falta o la emoción te embarga, cualquiera de las dos cosas son válidas, solo me queda la esperanza que en mis noches heladas de sentimientos, sueñe algún día, o en alguna ocasión, el poder adentrarme en ese lienzo sureño y perderme entre sus caballeros y elegantes damas camino de la plantación de Doce Robles...

 

Es mi forma de poder continuar "CAMINANDO POR LA TIERRA ROJA DE TARA", y contemplar de cerca esa figura femenina, arrancando lo poco que la tierra le ha dejado... Se levanta como puede, se yergue altiva ante un rojo firmamento….LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, es una pieza única, de gran potencia colorista y visual, posee una magnitud que nunca volverá a repetirse y una leyendo en torno a ella que es tan grande como el propio film.

 

  

Del conjunto de los cuatro protagonistas, el personaje de Escarlata es el que posee mayor relieve psicológico, mientras el de Rhett resulta el más lúcido a la hora de enjuiciar los hechos que tienen lugar a su alrededor, hasta el punto de erigirse como la conciencia crítica de los mismos. A él pertenece la certera descripción del Sur como una tierra de «algodón, esclavos y arrogancia», y sus comentarios mordaces a los manejos de la protagonista no desagradarían al propio Oscar Wilde. Desde decirle que "no tiene corazón, pero ese es uno de sus principales atractivos", hasta la famosa réplica final, cuando Escarlata intenta inútilmente retenerlo suplicándole: «Si tú te vas, Rhett, ¿qué va a ser de mí?», a lo que él responde, displicente: «Francamente querida, eso me importa un bledo».  Pero mucho antes de esta secuencia final, se nos regala el paso del entusiasmo orgulloso del Sur al desastre y a la miseria, se produce la transformación de la jovencita coqueta en mujer adulta, apasionada y ambiciosa. El papel de Escarlata O'Hara, más que un personaje específico, representa el espíritu de un país para el cual el éxito social y el triunfo económico son los máximos objetivos, Los 75.000 metros de película impresionados en un principio fueron reducidos a unos 6.500, lo que significaba una duración de unas cuatro horas, definitivamente reducidas a 225 minutos. Estrenando el film el 14 de diciembre de 1939 en Atlanta en medio del entusiasmo popular, además el Gobernador de Georgia lo declaró día festivo. Consiguió recaudar por Navidad de aquel mismo año un millón de dólares. Pero aún faltaban bastantes años para que viera la luz en toda Europa, donde no fue estrenada hasta 1949 en Italia y 1950 en Francia, año en que también se dio a conocer en España, estrenándose en el Palacio de la Música de Madrid. Su enorme popularidad a través de los años motivó que a finales de los 60 fuera exhibida en Tokio con un montaje especial, con la totalidad del material rodado, que alcanzaba una duración de ocho horas. Fue igualmente en Japón donde la novela de Margaret Mitchell subió a los escenarios en una versión musical de Harold Rome, bajo la dirección de Joe Layton y con el título de SCARLETT. Posteriormente, en 1972, este mismo espectáculo conoció otro y mas sofisticado montaje estrenado en el Drury Lane Theater de Londres, luego voló a Los Angeles y Broadway, con June Ritchie y Harve Presnell en los principales papeles, manteniendo en esta ocasión su titulo literario original.

 

  

 

Es cine de autor total y seguiremos visitando Tara millones de veces. La Emoción, la sorpresa y la mas bellas imágenes jamás filmadas seguirán ahí, como raíz de una época gloriosa del Séptimo Arte, para sentirnos vivos y presuntos dueños de un CINE escrito en mayúsculas, recordando esta frase:

 

 

 

 

 

"A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, "

"A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre "

 

 

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