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PSICOSIS

 

 

 

 

 

 

 

 

Como amante del cine, Psicosis y Vértigo son mis dos talismanes del cine de Hitchcock, ninguna las supera.

 

 

 

Con esta magnífica película, el inolvidable Alfred Hitchcock demostró al mundo por qué era un maestro en el séptimo arte y es que "Psicosis" es desde todos los puntos de vista, una sólida referencia para la historia del cine y una de sus más espléndidas joyas. La historia está sabiamente dirigida desde todos sus ángulos y está llena de suspense y de intriga, al más puro estilo Hitchcock. Algunas de sus escenas son ya legendarias y pocas películas han calado tanto en las pantallas de todo el mundo como ésta. Es algo irrepetible. Por más que pasen los años, "Psicosis" no pierde vigencia y es todo un manual de lo que debería ser una gran película. La habilidad del director por ejemplo, para introducir el factor del miedo en el espectador sin tener que recurrir al recurso fácil del susto inesperado, es algo que deberían aprender muchos directores actuales. Me extrañaría mucho que hubiera todavía personas que no hubiesen visto esta película, si no es por motivos de edad y ya con eso, queda todo dicho. Aunque para finalizar, me gustaría destacar las geniales interpretaciones de sus dos protagonistas, Janet Leigh y sobre todo Anthony Perkins. En definitiva, una maravilla desde el comienzo hasta el final. Es uno de los films más emblemáticos de Hitchcock. Escrito por Joseph Stefano, se basa en la novela "Psycho", de Robert Bloch, que se inspira en los crímenes de un asesino de Wisconsin. Se rueda en Los Angeles, Arizona y en los Estudios Universal, con un presupuesto de 800 mil dólares. El rodaje comienza el 11-XI-1959 y concluye el 1-II-1960. Nominado a 4 Oscar (dirección, fotografía, dirección artística y actriz de reparto), gana un Globo de oro...  Janet Leigh.....y se estrena el 16-VI-1960 en Estados Unidos..

La acción principal tiene lugar, en un apartado motel de carretera situado a 15 millas al Este de Fairville, entre Phoenix (Arizona) y (California). El realizador sustituye su equipo de rodaje habitual de cine por el de sus filmaciones para la televisión. Quería que la película tuviera la apariencia de una producción barata. El terminar el rodaje pensó en hacer un montaje de 60 minutos para la TV. Con esta obra Hitchcock pasa del suspense al terror, que concibe de una manera innovadora. Hasta entonces las películas de terror se habían basado en personajes sobrenaturales (vampiros, brujas, monstruos, insectos malignos). El film sustituye los recursos tradicionales del terror por un personaje humano, Norman Bates que regenta un motel de 12 habitaciones, aislado a causa del desvío de la vía principal construido 10 años antes. El film implanta el subgénero del thriller psicológico. La atmósfera es densa, opresiva, agobiante y, sobre todo, terrorífica, gracias al despliegue de la extraordinaria imaginación de Hitchcock. Construye con habilidad el perfil psicológico de los personajes, en especial de Norman Bates y Marion Crane. Bates es de carácter débil, tiene problemas psicológicos, vive dominado por la madre y hace trabajos de taxidermista. Son escenas inolvidables la de la ducha, la huida de Marion de Phenix, la conversación de Marion y Norman sobre taxidermia y ornitología, la de amor en la cama., lo cual dio paso a numerosos "remakes", como "Psycho III" (1986), y "Psycho" (1998)....Nada parecido con el film del maestro. 

 

 

La música, de Bernard Herrmann, consta de 40 cortes, de los que destacan "Preludio", "Tormenta", "Asesinato" y "Final". Se usan sólo instrumentos de cuerda y los contrastes se obtienen por combinación de graves profundos y agudos muy altos. La fotografía, de John L. Russell, ofrece numerosos primeros planos, en ocasiones extremos, como el ojo, el desagüe, manos sobre toalla, luces contrastadas, notables movimientos de aproximación de cámara y composiciones de excelente dibujo. Rios de tinta se han vertido acerca de esta obra maestra. Personalmente alcanza, junto a “Vértigo”, la cúspide del ideario cinematográfico del viejo Hitch. Un auténtico alud de propuestas, recursos y resoluciones perversas con las que cualquier cinéfilo retozará inevitablemente como un lechón en el barro durante todo su metraje sin dejar de jadear de angustia, por supuesto. “Psycho” posee además ser el film de suspense mejores de la historia del cine. Absolutamente incapaz de vislumbrar sus carencias o puntos débiles, y antes de cantar superficialmente las virtudes esenciales, me gustaría puntualizar que “Psycho” es, un film integral, global, redondo. Es más, me atrevería a afirmar incluso que la obra de Hitchcock no es tan sólo una película. Es cine en estado puro y con ello quiero subrayar que cuando una película trasciende su propia historia y pasa a formar parte de la imaginaría colectiva de aquello que denominamos obra de culto, ya no hablamos de un trabajo bien hecho. hablamos de arte... La fotografía de John L. Russell, la interpretacion de Anthony Perkins y el extraordinario vigor del conjunto, la hacen única, consiguiendo imbuir ese halo siniestro y mítico de la perversa mente del viejo maestro. Nadie como él para mortificarnos con puro y simple celuloide.
 

 

Ocurre con los genios, su talento excepcional tiende a desparramarse y pequeños fragmentos aislados de su obra se convierten en verdaderos tratados artísticos, adquieren un significado propio más allá de la obra que los contiene y, lo más importante, encierran en ellos la esencia del artista. Ocurre con la escena de la ducha, una escena que es un icono, no ya del cine de Hitchcock en particular, sino del cine en general. Se rodó durante siete días y no llega a los tres minutos de metraje. Hubo que realizar más de setenta posiciones de cámara distintas para obtener cuarenta y cinco segundos de pura angustia, los que corresponden al asesinato. Sin embargo, lo destacable de esta escena es que evidencia lo esencial en el cine de Hitchcock: su capacidad comunicativa, su obsesión por interactuar con el público y jugar con sus emociones. Y esto es algo que no se debe perder nunca de vista cuando nos referimos al arte, captar la atención es el fin mismo de una obra artística, lo que, en definitiva, le da sentido. Y viendo esa escena, una y otra vez, es imposible no pensar que durante esos siete días de trabajo, lo único que tenía en mente Hitchcock era al espectador. En 1960 se estrena "psicosis", y a pesar del tiempo que ha pasado es una película que cuando la vi por primera vez me dejó sorprendido, porque es tan original y tiene tanto interés e imaginación que aunque tenga medio siglo seguirá resultando novedosa para el que la vea. Existen muchas películas modernas que producen tanta indiferencia una vez vistas.... Así que, ved esta película, tengáis la edad que tengáis...


 

 

 

Increíble que en una película muera la protagonista en la mitad del metraje....Cuando evocamos imágenes de películas que han marcado diversas generaciones, invariablemente aparecen algunas de las más famosas, entre las que se cuentan las de el enigmático Anthony Perkins y la sensual Janet Leigh. Ese terrible momento de la ducha, en el que se alcanza uno de los clímax más logrados del celuloide, seguirá dando vueltas en la imaginación y en la memoria de todos los que la tenemos un bagaje cinéfilo. Elegante, sugerente, angustiosa e inquietante con ese estilo de suspense que explota una fotografía casi sublime, una música que no invita a la tranquilidad, los ambientes solitarios, misteriosos, rozando lo tétrico, la oscuridad cómplice, los rincones en los que siempre parece acechar alguna sombra vigilante y hostil y, de manera brillante, las angustias y tormentos interiores. Y ese motel de carretera perdido en la nada, ideal para ocultar siniestros secretos, abanderado por esa casa de la colina que podría ser el compendio de los terrores humanos.  “Psicosis” es la única película que no se ve. Me explico: A todas las películas asistimos más o menos pasivos a nuestro papel de voyeur; aquí no. Desde que los fabulosos títulos de crédito de S. Bass abren este prodigio hasta su irónico final, A. Hitchcock nos dirige. Ya desde la primera secuencia, en esa intromisión impúdica con la pareja de amantes clandestinos que dejan de comer para follar, el maestro nos lleva por una serie de estados, totalmente contradictorios algunos de ellos; sin soltarnos. Es quizá, la película que tiene más presente al público (y eso que para él la formulación de un film era un triángulo entre el autor, la película y el público); y quizá por eso, su enorme éxito. El film está lleno de momento imborrables. Desde la huida de Marion en la noche lluviosa, creyendo encontrar la serenidad en el motel; hasta las conversaciones que sostiene sobre la taxidermia, o la escena de la ducha. De todo este conjunto, yo me quedo con tres secuencias: la primera el cierre de la escena de la ducha con la llegada de Norman limpiando, como buen hijo, todas las pruebas del crimen y que da un giro en nuestra visión de la película; la segunda, una secuencia inteligentísima que es la primera vez que nos presenta a la madre, tras saber en la secuencia anterior que está muerta, el genio de esta secuencia es jugar con nosotros al despiste mediante una conversación del todo insustancial pero a la que no podemos dejar de prestar atención mientras la cámara, sirviéndose de ese disfraz sonoro, realiza un movimiento de grúa que nos permitirá “ver” a la madre; la última: el hundimiento del coche de Marion, cuando con todas tus fuerzas deseas que se hunda pese a que se ha cometido un asesinato. Muestras todas ellas de ese “dirigir” al público que está presente en toda la película..... Cuenta la leyenda que hicieron una prueba a Hitchcock, y este sabía en qué momento se encontraba la película escuchando los gritos de los espectadores de diversas partes del mundo.

El reparto es espectacular, sobresaliendo Perkins, cuya carrera quedará marcada por este personaje, con esa mezcla de inocencia y timidez que lo hace libre de toda sospecha (magnífico, irónico y terrorífico su monólogo final). Pero, aparte del reparto, todos los elementos presentes en una película alcanzan aquí la perfección. ¿Qué podemos decir de la magnífica banda sonora de B. Herrmann? ¿Quién la escucha y puede permanecer tranquilo? O su soberbia fotografía en b/n...“Psicosis” es la obra maestra del cine del s. XX....La magia de “Psicosis” reside en su desarrollo. Su inicio es tranquilo y pausado, y a medida que su historia transcurre va ganado interés hasta llegar al motel, donde se muestra un lado perturbador e inquietante debido al personaje de Norman Bates, pocas veces se ha visto en pantalla una labor tan compleja, tortuosa e inquietante en un actor. Su personaje ha pasado por los anales de la historia. Cuando muere la joven en la ducha, la trama va ganando una intensidad inaudita, que se va desarrollando con un ritmo increíble. Hitchcock desarrolla como nadie una intrigante historia que a medida que se van desentrañando todas las dudas, se vuelve cada vez más intenso, intrigante e imprevisible. Y es que es fácil que a uno le suba la tensión ante tanta fuerza, magnetismo e intensidad que desprende su obra. Nos brinda momentos y unas experiencias irrepetibles, con un final no menos antológico gracias a la figura tan penetrante de Perkins, sin él, el film no sería el mismo. Tras ver “Psicosis”, es fácil estar eufórico, no deja indiferente, se vive en ella unas experiencias puras y realistas que van in crescendo con su desarrollo, sin prisa pero sin pausa. Con un nivel de intensidad inimaginables. Imposibles de describir, sólo pueden ser vividos, visionando la obra. Deja una marca imborrable, des de su banda sonora...

 

 

Vera Miles fue conocida por el film "The Man Who Shot Liberty Valance" .. Como dato curioso, la viuda de Anthony Perkins, la actriz Berry Berenson, falleció en los atentados terroristas del 11 de septiembre en el "World Trade Center". La película tuvo un presupuesto de $806,947 y generó por venta de taquillas la cantidad de $50 millones, más $11.2 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 15 nominaciones a diferentes premios en festivales de cine, de los cuales ganó seis de ellos. Hace años, cuando empecé a ver Psicosis supe de inmediato que iba a ver una película maravillosa, y no me equivoqué en absoluto. La fotografía es absolutamente maravillosa, el cuidado depositado en cada una de las escenas es realmente exquisito. La historia se va desarrollando con calma, prestando atención a todos los detalles, haciéndonos partícipes de los sentimientos de los personajes, y transportándonos a una situación de tensión y desconcierto según se van desarrollando los hechos. La historia se divide en dos bloques en los cuales cambia el personaje protagonista. En la primera parte nos centramos en la historia de Marion Crane y su "habilidad" como ladrona. Su huida, su encuentro con la policía, su cambio de vehículo, y su mala suerte a la hora de elegir motel para pasar la noche. Y aquí ya aparece el señor Norman Bates, que parece que no ha matado una mosca en su vida y curiosamente toda la tensión de la huída se diluye conversando con él tranquilamente, hasta el punto de que nuestra heroína decide devolver el dinero y se mete en la ducha para "limpiar" su culpa. Y he aquí la genialidad de Hitchcock, en el momento más calmado del film nos viene la sorpresa y una de las escenas más famosas de la historia del cine. A mitad de película nos dejan sin la protagonista, y piensas, ¿y ahora qué?.... Pues Norman Bates toma el relevo y la película va ganando tensión e interés. También aparece un investigador que va buscando a Marion en relación al robo del dinero, y la hermana de ésta que también la busca y se busca como ayudante al novio con el que vimos a Marion al inicio de la película. Los tres personajes se unen en la búsqueda, siendo el investigador el que toma la iniciativa de buscar en los moteles, pero no regresa. Son entonces la hermana y el novio los que se meten a hacer labores detectivescas.


 

Esta intriga se aparta de las claves de "Con la Muerte en los Talones", reduciendo espacios, abandonando la aventura y presentando una galería de pesimistas antihéroes; es decir, "Psicosis" da una vuelta de tuerca al cine del director, y sus primeros 26 minutos lo demuestran, con la aparentemente inocente Marion que se lanza a la carretera para huir de sus perseguidores. Pero, al contrario de los falsos culpables que ocupaban las fábulas "hitchcockianas", esta mujer, que ya lleva tiempo deslizándose por el sendero de la mediocridad, se convierte, además, en una vulgar ladrona; todo esto tras una larga escena de apertura en la que el inglés vuelve a repetir sus obsesiones. Dijo Jean Douchet: "Supongamos que James Stewart bajara de la pantalla de "La Ventana Indiscreta" y se volviera espectador  Su apetito de voyeur quedaría saciado desde el principio de "Psicosis" ". Y es muy cierto. El ojo del espectador sigue a esa Marion, siempre objetivamente aunque asumiendo un papel de complicidad, que acepta un motel sórdido a plena luz del día, que se queda con el dinero, que huye para esconderse...pero lo trepidante acaba cuando se avistan las luces del cartel del motel, y de la intriga se pasa a la angustia y la asfixia. La mujer está sola en un lugar siniestro, vaticinamos un peligro planeando sobre ella, como los pájaros disecados de la sala; por último, el inquietante gerente asume nuestro papel espiando a Marion y a partir de ahí nos pondremos en su lugar. Nuestros instintos y más terribles se disparan con "Psicosis": hemos sido cómplices de un robo y un asesinato, y aun así, engullimos para siempre lo sucedido en nuestro inconsciente. Hitchcock, que parece tomar influencia del pequeño clásico "La Calle del Misterio", da vida a una obra de la que podrían escribirse páginas y páginas de análisis y en la que nada es lo que parece. La dualidad alcanza todos los contextos, tanto el social como el humano y el psicológico, y el director se atreve a interpretar en el reverso más oscuro de ellos. Técnicamente, el film desborda la perfección absoluta, con una cámara envolvente y de arriesgados movimientos que nos introduce sin compasión en la pesadilla, sumándose la música de Herrmann, que anticipa los momentos álgidos de la acción con estridentes notas, la bellísima fotografía de John L. Russell y la interpretación de los actores es colosal. Vera Miles, John Gavin y Martin Balsam ofrecen solventes actuaciones...aunque es difícil reparar en ellos teniendo a Perkins en cabeza. Construida sobre una sobriedad tan engañosa como esa vida cotidiana que critica sin piedad, esta visceral y perturbadora obra maestra que marca el inicio de un subgénero muy lucrativo y que se llega a convertir en la más representativa del suspense....Y sobrevive al paso del tiempo sin problemas. El asesinato en la ducha (donde el director brinda un homenaje a su ídolo Cecil DeMille), el ataque a Arbogast en la escalera y el escalofriante clímax final.

 

Lo único que hoy día juega en contra de este film es que todos sabemos lo que se oculta detrás del inquietante Norman bates, incluso el que no haya visto la película. Aun así, es de obligada visión para cualquiera que presuma de ser amante del cine. La película conoció tres secuelas y un "remake" en 1998, que fué vapuleado por la crítica. Existe también una cinta basada en la historia de Ed Gein, un granjero de Wisconsin en quien dicen se inspiró Bloch para crear a Norman Bates.

 

 

Un último apunte:

Si os gustó "Psicosis", no perderos "Vestida para matar", de Brian de Palma....

Dos obras de culto a tener en cuenta....

 

 

 

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