PHILADELPHIA
Esta magnífica película nos retrata las miserias del ser humano y viene a denunciar la marginación y el rechazo, que sufrían y que todavía hoy siguen sufriendo, los enfermos de esta terrible enfermedad que se llama SIDA. Con un increíble buen gusto, el director a través del personaje que tan magistralmente interpreta Tom Hanks, nos va introduciendo en la dureza a la que se tienen que enfrentar a diario los enfermos. Pues no sólo pierden su salud, sino que prácticamente lo pierden todo, e incomprendidos por la sociedad. Merece la pena y mucho ver esta película, por la denuncia social que contiene y porque en el fondo, se asemeja mucho más a la realidad, que a una simple historia de ficción llevada a la gran pantalla. Si por lo menos, logra hacer que recapaciten un poco, todo el plantel de "Philadelphia" habría logrado su mayor éxito. Nunca en la historia del cine se ha intercalado un aria operística con tanta desgarradora intensidad como en esa escena en la que Tom Hanks nos puso los pelos de punta desgranándonos la esencia de una canción interpretada por Maria Callas. En ese momento, cualquiera podía amar la ópera. Merecidísimo Óscar para un extraordinario Tom Hanks, que dejó drásticamente de lado sus papeles de comedia ligera y demostró al mundo que podía meterse en el pellejo de cualquier ser humano.
Duro drama que nos plantea algunas de las cuestiones más peliagudas de la sociedad:
-" Los terribles prejuicios contra la homosexualidad. Se pulverizan ciertos tópicos, ya que el protagonista no es amanerado ni promiscuo y hace muchos años que tiene pareja estable"-.
-" La lacra del SIDA y la oleada de terror y de ignorancia que giró en torno a esta enfermedad hasta la fecha incurable, y cómo empezó a extenderse mucho antes de que la gente supiera que existía"-.
- "Además, nos plantea un problema de conciencia y nos obliga a enfrentarnos con ella: ¿Cómo afrontaríamos cada uno de nosotros esa cuestión? ¿Cómo actuaríamos si nos viéramos en un caso semejante? ¿Seríamos tan despiadados como los abogados de la película? ¿Actuaríamos de forma razonable y justa?"-
Fotografía inmensa, impactante, con la fuerza visual dirigida al corazón. Banda sonora excepcional, con temas muy adecuados. Siempre me provocan escalofríos el aria de Maria Callas y la canción que cierra la película. Y, sobre todo, actuaciones más que espléndidas. Aparte del convincente Tom Hanks, Denzel Washington rezuma naturalidad, y una dulzura que me hechiza. Relata que en la ciudad de Philadelphia, un hombre tiene que luchar por recobrar la dignidad y los derechos que le han arrebatado por culpa de una condena social. Tremendo drama que nos conduce por salas de juzgados y por entresijos legales en busca de la justicia.
Excelente producción de Jonathan Demme en la que nos cuenta la historia de un abogado homosexual enfermo de SIDA. Demme aborda este tema de una manera absolutamente moralista, con un buen gusto y transmite muy bien el mensaje. La película resalta la Ignorancia, lo poco que la gente conoce de la enfermedad, el ejemplo más claro es la escena en la que Hanks acude al abogado; además de los prejuicios y la discriminación. Es muy buena para ser la primera producción estadounidense en tratar este tema y tiene unos diálogos brillantes e inteligentes en los juzgados. En cuanto a las interpretaciones la de Tom Hanks es SOBERBIA, interpreta un personaje complejo de forma extraordinaria, y no cae en el concepto homosexual que se difunde comúnmente, siendo el primer actor en llevarse un Oscar interpretando el papel de un gay. Por cierto la escena de la ópera la borda, explicando el aria de Maria Callas mientras se intercala la expresión en el rostro de Denzel Washington, el cual hace un buen acompañamiento y experimenta una gran metamorfosis a lo largo de la trama. La fotografía es bastante buena y la banda sonora "Streets of Philadelphia" de Bruce Springsteen pone la guinda a un película muy intensa y emotiva, Jonathan Demme, le pidió a Springsteen que escribiese una canción para la producción; y en junio de ese mismo año la presentó. Estaba interpretada casi de forma íntegra por el propio Springsteen, aunque el bajo y las voces adicionales eran de Tommy Sims, miembro de la "Other Band". Además había partes grabadas del saxofón y otras voces de Ornette Coleman y "Little" Jimmy Scott respectivamente, que si bien nunca llegaron a estar en la canción, la grabación apareció en la película, en la celebración de Tom Hanks y Denzel Washington en la oficina. Se publicó en 1994 como el sencillo principal de la banda sonora original y alcanzó gran éxito en Europa y Norteamérica. Streets of Philadelphia alcanzó incluso más popularidad en Europa que en los Estados Unidos. Mientras se mantenía en el número nueve de la lista de éxitos, alcanzó el número uno Alemania, Francia y Austria; y el segundo puesto en Reino Unido, con lo que fue el mayor éxito de Springsteen en ese país. También alcanzó el cuarto puesto en Australia. La canción se incluyó en el álbum All Time Greatest Movie Songs...Y es de una belleza apabullante.
Sin lugar a dudas una de las mejores películas del género: guión, actuación, fotografía, música, no existe detalle mal puesto. Nace de una historia verídica en la cual se basa pero no es real eso es algo que hay que enfatizar porque muchos creen que Andrew Beckett existió. Existió un caso similar de abogado contra su bufete pero todo el entorno que rodea al protagonista es ficción aunque hoy en día ser amigo-gay es algo muy normal en los 90 aún no era así y mucho menos la aceptación del sida dentro de las familias como se muestra en la película, en aquellos años era sinónimo de exilio familiar, social y laboral. Si bien Philadelphia es una película de muchísima importancia para el entendimiento no solo del sida, creo personalmente que abrió caminos hacia la tolerancia y el respeto hacia cualquier condición sexual y social. Philadelphia fue un gran manual de los brotes y contagios de la enfermedad eso hizo que la masa ignorante saliera de las salas de cine con un poco de respiro y tener una aptitud más conciliadora hacia los portadores. En la película se pueden observar sin tapujos los escrúpulos y el rechazo de la gente hacia los personas infectadas por el VIH, especialmente hacia las homosexuales. Se refleja claramente la poca simpatía de la que gozaban los homosexuales entre la mayor parte de la sociedad del momento, y el hecho de que la infección VIH se extendiera de forma más rápida y patente entre ellos, contribuyó a marginar aún más a estos colectivos. La evolución de la enfermedad y su tratamiento se muestran bastante fielmente de acuerdo a la realidad del SIDA en ese momento. Sin embargo tanto realismo, y esto es un criterio muy personal, esta maquillado de una forma muy sutil por lo que acompaña al enfermo, esa actitud positiva de bandera frente al marido enfermo por una infidelidad, la familia y ese baile de disfraces, la parte de María Callas, el funeral fiesta final, todas parte de ideas preconcebidas por los heteros de ese entonces porque en los 90s cuando decías en casa que eras gay te echaban a la calle o te ibas de psicólogo, no era tan sencillo y la mayoría de abogados gays estaban casados con hijos y se paseaban al final de las tardes por los cruising de las metrópolis, es aparte si se ve reflejada en la película porque fue así como se contagio Beckett. El reparto es inmejorable, Tom Hanks interpreta el papel de Andrew Beckett de forma impecable. Y reconozco que la escena María Callas aunque tópica, es genial porque que un hetero saque su lado femenino como lo hace Hanks es de genialidad absoluta. Denzel por su lado podemos ver como su personaje crece como persona hasta el momento de llorar y abrazar, pasando de cliente a amigo aún infectado y cuando sucede ni se percata que sucedió. Banderas poco aporta, es otro de los clichés de la película con los cuales no estoy muy alegre, aunque no es un actor que me disguste en esta película seguro que si no lo hubieran puesto tampoco se le abría notado. La música es ideal de la película. La canción principal de su banda sonora, la ya mítica ‘Streets of Philadelphia’ de Bruce Springsteen. Philadelphia es una representación de la realidad desde el punto de vista del creador de la cinta, recoge los problemas sociales de actualidad exponiéndolos al público no sólo para su mero conocimiento, sino, como en este caso, para reflexionar sobre ellos, mirarnos en el espejo de nuestra conciencia y ver cómo actuamos ante lo inquietante. Del cual abrió caminos hacia una sociedad más tolerante y sobre todo fue una clase magistral... En definitiva, muy buena película. Como apunte suelto, también noté que el tema de la homosexualidad está bien tratado. El personaje de Denzel representa al hetero que tiende la mano. Él insiste en que alguien homosexual es repugnante pero vivimos en un mundo civilizado en donde todos tenemos cabida. A estas personas se les puede dar los buenos días mientras no te toquen. Y Jonathan Demme así lo quería transmitir en infinidad de tomas, como en la que el abogado compra en el Covirán, o en los repetidos discursos que hace en el juzgado, en su casa y en el bar. Creo entender, que por aquel entonces creían que con Philadelphia les estaban echando un cable a la comunidad gay.
En Philadelphia se muestra con claridad la dicotomía entre la forma y el fondo y las diferencias que entre uno y otra pueden darse. Comencemos con la forma, obviemos el fondo por un momento. ¿Qué es Philadelphia? Una típica película de juicios hollywoodiense con drama de fondo con buena factura, holgados medios, reparto más que adecuado y director de solvencia más que probada. Y por supuesto la canción de Springsteen. Buena canción que, aun estando a años luz de sus mejores temas, encaja perfectamente en la película, como posteriormente ocurrió con "The wrestler" en la genial película homónima El fondo: la contundente y a la vez equilibrada puesta en escena de un tema tan delicado como es el SIDA. Más aun en esa época. Y el hecho de que sea una película con grandes estrellas, producida por un gran estudio es muy importante a la hora de dirigir un mensaje de denuncia hacia la discriminación que sufre tanta gente por padecer el virus. Porque al fin y al cabo, si la película es una pequeña joya pero no es vista por casi nadie esa labor de denuncia queda paralizada a pesar de sus méritos artísticos. En mi opinión, el principal valor de Philadelphia es poner sobre la mesa, enfrente de las retinas del gran público temática tan delicada. Y hacerlo con cine comercial, sí; pero también de calidad. Ahora bien, ¿realmente el cine, el arte en general, tiene la capacidad de concienciar a la gente, de hacerla moverse por lo que creen justo tras el visionado de una obra? Lamentándolo mucho lo dudo. Una determinada obra puede ayudar a concienciarse a una minoría sobre un determinado tema, y eso ya es un logro, pero no nos engañemos; jamás moverá masas. Aun así, creo que en este caso ofrecer una visibilidad de la que hasta ese momento carecía el tema me parece digno de admiración. Recientemente se han publicado las declaraciones del arzobispo de Bruselas, máximo responsable de la Iglesia en Bélgica, afirmando que el sida es un acto de "justicia". Cuando aun surgen de vez en cuando opiniones como esta está claro que no hemos avanzado gran cosa en el tema de la aceptación de la enfermedad. Por no hablar de la gran labor que hace la iglesia católica en África fomentando la pandemia. Decía anteriormente que Philadelphia es una típica película de juicios hollywoodiense. Y lo es. Pero como en los típicos westerns, o las típicas comedias, en este caso también las hay buenas o malas. Y creo que Philadelphia está más cerca del primer caso. También que se hubiese evitado un subrayado constante de las ideas que se plantean y que el espectador ya capta sin necesidad de tanta insistencia: el rechazo hacia el enfermo, la homofobia recalcitrante
El nombre de la película se debe a la ciudad, a su asociación con el amor y la hermandad...donde los padres de la patria declararon la independencia. Por esto se trata el tema de los derechos humanos. Hanks interpreta a Andy Beckett, un abogado joven y prometedor, que trabaja para una firma de abogados muy prestigiosa en Filadelfia, Wyant, Wheeler, Hellerman, Tetlow & Brown. Andy, después de varios años trabajando con total dedicación a sus casos, y a sus clientes, recibe la buena noticia, de parte de su jefe Charles Wheeler, que ha sido elegido para representar a la Firma en el que según ellos, es el caso más importante que han tenido: una demanda para los Sistemas Sander. Andy, un humilde y comprometido trabajador, les promete a sus colegas que les hará ganar. Sin embargo, la misma noche que Andy recibe la gran noticia, uno de sus socios, Walter Kenton, nota una misteriosa cicatriz oscura en su frente, a pesar de que Andy alega que solo fue el golpe de una bola de tenis, Kenton comienza a sospechar que algo malo gira en torno a su joven colega. Algo horrible y escandaloso. Al cabo de nueve días de trabajar sin descanso con tal de completar su trabajo, Andy deja un documento sobre la mesa de su escritorio y una copia en el disco duro de su computadora, lleno de orgullo. Pero lentamente va sufriendo problemas de salud con más y más frecuencia. En una de sus visitas al hospital, recibe una noticia alarmante: La demanda ha desaparecido, y no existe ningún vestigio de su paradero. Con desesperación, todos en Whyant Wheeler se desquician para intentar encontrarla antes que se acabe el tiempo. Afortunadamente, se encuentra una copia de la demanda, y Whyant Wheeler logra ganar el caso. Pero días más tarde, Andy es llamado a la oficina de sus jefes, donde estos le dicen que debido a su "incompetencia", será despedido. Sin embargo, el joven abogado se da cuenta de la verdadera razón. Unas semanas después, en su oficina, el abogado Joseph Miller, que acaba de ser padre, recibe en su oficina a un hombre de aspecto aterrador, su rostro marcado de cicatrices, ojeras y su cabello y barba rapados, comenzando a nacer: Andy Beckett. Algo sorprendido, Miller le pregunta qué le sucede y Andy responde que padece sida, lo que aterra a Miller, pero aun así le atiende. Andy explica que desea demandar a su antigua firma, Whyant Wheeler, por despido injusto, explicando la versión de la firma: Andy es un abogado mediocre e incompetente. Pero la verdadera razón, es que fue víctima de discriminación.
Andy le narra su historia a Miller, alegando que ha sido saboteado, que no había razón para decir que era un incompetente debido a su gran capacidad y dedicación, sino la verdadera razón era que había sido echado por su enfermedad. Pero Joe le ignora, diciendo que no ve en su historia un motivo para llevar a juicio a una Firma tan poderosa como Whyant Wheeler. Sin embargo, Joe tiene sus propias razones: una mentalidad homofóbica, discriminatoria y miedo a esa enfermedad misteriosa. Aun así, Andy cuenta con el apoyo de su familia y su novio Miguel Álvarez, ya sin esperanza de encontrar representación en un mundo de discriminación, decide tomar todo el caso en sus propias manos. Una noche en la biblioteca, Joe y Andy se encuentran. Después de comprender la injusticia y la inhumanidad de los rivales de Andy, Joe se conmueve al ver que el bibliotecario le recomienda estar en una habitación privada, y aún con algo de recelo, toma el caso de Andy. Los dos abogados encuentran grandes obstáculos, como los ataques de la astuta e inteligente abogada de Whyant Wheeler, Belinda Conine. A lo largo de un juicio infernal, que dura meses interminables, Andy y Joe forjan una amistad inesperada en medio de un mundo de odio e intolerancia, Joe comienza a derribar poco a poco todas sus ideas discriminatorias en contra de los homosexuales y en contra del VIH, y se da cuenta que es posible encontrar personas como Joe, que no tengan miedo de hacer la diferencia. Una noche, en la que se supone que deberían ensayar el interrogatorio del día siguiente, este aleja a Joe del tema, y de una manera conmovedora le explica a su compañero cómo ha llegado a darse cuenta que no hay manera de sobrevivir al VIH, y sin embargo está listo para afrontar la muerte y reproduce el aria de la ópera Andrea Chénier de Umberto Giordano interpretada por Maria Callas, La mamma morta. Joe se ve obligado a concluir el juicio solo, debido a que Andy, enfermo e incapaz de seguir, se encuentra hospitalizado. Después de una larga batalla legal, la honradez y amistad de los dos abogados, hacen que Joe pueda desenmascarar la corrupción y la discriminación de Whyant Wheeler logrando ganar el juicio. La última vez que Andy y Joe se encuentran es en la conmovedora escena del hospital, en la que Andy se despide de su familia, sabiendo que esa noche morirá, y diciéndole a su novio, Miguel, que sea valiente y que está preparado. La película concluye en el funeral de Andy, donde todos sus amigos y familiares comparten en paz imágenes de su niñez. Es una extraordinaria película de director Jonathan Demme, otro éxito enorme como otro de sus films..."El silencio de los corderos".
La canción “Streets of Philadelphia” ganó merecidamente el premio de la Academia. Tom Hanks está sobresaliente y gana el Oscar a mejor actor principal, ¡OBJECIÓN! Denzel Washington devoró la pantalla, su actuación fue simplemente perfecta, no se lo nominó ni siquiera a mejor actor de reparto, Hanks tiene pocos diálogos en comparación con Washington y en la mitad de ellos lo que se luce es su maquillaje, que sí tuvo nominación, si bien la historia gira en torno a el personaje de Hanks, el actor afroamericano bien podría haber sido nominado a mejor actor principal. ¡La discriminación acusa y ataca la película irónicamente se vio en las nominaciones y en la posterior premiación. Hace treinta años nadie sabía lo que era el SIDA. Ni siquiera la enfermedad tenía ese nombre. En los ochenta todo cambió… una nueva enfermedad salió a la luz. Los homosexuales, seguros de tener menos problemas que los heterosexuales en el sexo seguro, fueron los primeros seres humanos a los que se les diagnóstico masivamente la enfermedad. Se descubrió al poco tiempo que dicha enfermedad era en realidad un virus que se transmitía por la sangre, y que atacaba tanto a heterosexuales como a homosexuales. De hecho su incidencia en comunidades de drogadictos que compartían jeringuillas era muy alta. Sin embargo, debido a condicionantes sociales y la propaganda de la época, a la enfermedad se le conoció durante mucho tiempo como la peste rosa. Muchos de esos prejuicios aún se mantienen hoy día. Conociendo todo esto, tenemos que trasladarnos ahora a los noventa para juzgar con objetividad este filme. En dicha época el SIDA estaba todavía en sus primeros años de estudio. Su mortalidad era altísima. Y ser una persona con la enfermedad te tachaban automáticamente de la sociedad, haciendo que el infectado prácticamente muriese en vida. Para subrayar esta discriminación al comienzo de dicha década a los homosexuales se les toleraba mucho menos que ahora. Y si se descubría que, además de estar enfermo, eras homosexual, las consecuencias eran nefastas. Además de todos estos puntos anteriores hay que resaltar uno de los méritos de la película. Hoy en día es muy común ver producciones donde el amor homosexual se muestra con naturalidad. Sin embargo en aquella época la reacción más común ante dichas escenas era de odio y repulsión.
Hace catorce años era un problema ser homosexual. No es que ahora lo sea menos, pero parece que vivimos en una democracia en la que está de moda tener cerca a un gay....Quizá porque son modernos, comprensivos, divertidos y porque tienen lo mejor de un hombre y lo mejor de una mujer...Aún en pleno siglo XXI existen países que ser homosexual es un delito, a veces castigado con pena de muerte...!!INSÓLITO !!, pero cierto....Philadelphia es una película valiente que narra la lucha contra la injusticia de un joven abogado que es despedido al descubrirse su tendencia sexual...En resumen, es una magnífica película, con interpretaciones soberbias y un Tom Hanks que dejó atrás sus papeles comerciales, para bordar el papel de protagonista. Una película que no abusa del recurso sensiblero y que además tiene gancho... Fundamentalmente, por la interpretación. Película que, teniendo en cuenta el año de producción, 1993, vino muy bien para que se diera a conocer la problemática del SIDA, ya que entonces no era una enfermedad conocida, ni había los medios para combatirla como en la actualidad. Después de verla tras varios años, me sigue pareciendo un gran film y no ha perdido ni la frescura ni el buen hacer de entonces. Personalmente me resulta difícil vincularla a un género concreto, aunque podría decir que transita entre el subgénero de juicios y, más que el drama, el melodrama, con momentos que están entre lo mejor de todas las películas de la década de los 90.
Efectivamente, posee momentos muy destacados, de los que se quedan grabados, a lo que contribuye enormemente el extraordinario uso de la música; una de las mejores bandas sonoras que se precie. Qué puedo decir de la canción de Bruce Springsteen, “Streets of Philadelphia”, es absolutamente mítica ya, que con sólo los primeros compases todo el mundo la reconoce. Por cierto, una magnífica descripción de la ciudad en imágenes, sus calles, su gente, de todos los estratos sociales, sus edificios y sus monumentos,…Por otro lado está Maria Callas, cuya voz de dioses... El momento Maria Callas es inolvidable. La traducción de Tom Hanks es emocionante: “Yo causo dolor a los que me aman”, y la cara de Denzel Washington se transforma. La película en sí, además de un planteamiento correcto, una historia emotiva y una narración con flash-backs muy eficaces y bien utilizados, grandes interpretaciones, con la consagración internacional de Antonio Banderas, que conectó con el espectador y dejó momentos de esos que se quedan en la memoria por muchos años, como la secuencia desgarradora en que Tom Hanks canta ópera....Todo es altamente emotivo e imperecedero, o su posterior evolución. En definitiva, una película que ha calado, y se sigue manteniendo viva en el recuerdo a pesar del transcurso de los años. Es perfecta, una obra de culto, donde hay historia, lo más importante, excelentes actores y un gran director. El resultado está a la altura de lo esperado: un film único. En definitiva, una película que ha calado, y se sigue manteniendo viva a pesar del transcurso de los años.
Dos años después de arrasar en los Oscars con "The Silence of the Lambs", Jonathan Demme nos trae este drama de concientización social en el que Tom Hanks, interpreta a un joven y excelente abogado que, tras contraer SIDA, sus jefes lo despiden del prestigioso bufete en el que trabajaba. Beckett decide demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado está dispuesto a defender su caso. Aquí es donde hace su aparición Joe Miller, que tampoco estaba convencido... finalmente termina tomando el caso. La película comienza con tomas magníficas de la ciudad de Philadelphia, dando lugar a la historia que nos espera. Obtuvo 5 nominaciones a los Oscars, ganó 2: Mejor actor y canción original e inexplicablemente no se tuvo en cuenta la categoría de Mejor Película, que finalmente terminó llevándoselo "Schindler's List". Philadelphia es un espectacular film en el que Demme sabe lo que hace, está seguro y lo hace muy bien. ¡Esto es Cine!, y hay que disfrutarlo. De dignidad humana, ese es el tema principal del que trata esta gran película, homosexualidad y enfermos del sida, ese es el otro tema. El respeto al ser humano independientemente de su religión, tendencia sexual o discapacidad que pueda tener aunque de una enfermedad se pueda tratar. Con un buen guión y una buena dirección, tenemos un tema de actualidad aunque hayan pasado los años y la información que tengamos sea más completa en lo que ha homosexualidad y sida se hable, porque el tema sigue siendo de actualidad. Algo muy importante: En la película queda reflejada la humillación psicológica que una persona por una enfermedad, pero en la base de esta enfermedad está el rechazo homosexual, un tema que actualmente se ve con diferentes ojos.
La escena de Tom Hanks hablando sobre el aria de ópera.... fastuosa... capaz de emocionar al espectador más insensible. Es reconfortante ver el apoyo que tiene el protagonista por todos sus seres queridos. Interesante también la actitud de Denzel. Algún critico escribió algo así como que es un "tratamiento torpe y anticuado y que dista de hacerle un favor al colectivo homosexual". Ni torpe ni anticuado, sólo es un punto de vista de alguien completamente ido de mente, ajeno a ese colectivo, pero tampoco tiene prejuicios como para no luchar por una víctima perteneciente a dicho grupo. Respetar a los homosexuales no significa aplaudir todo lo que hacen o alabar sus dinámicas, sino simplemente tratarles como a las demás personas del mundo. El respeto al ser humano independientemente de su religión, tendencia sexual o discapacidad que pueda tener aunque de una enfermedad se pueda tratar. Con buen guión y una buena dirección , tenemos un tema de actualidad aunque hayan pasado los años y la información que tengamos sea más completa en lo que ha homosexualidad y sida se hable, el tema sigue siendo de actualidad. El es un abogado joven, bella persona y bueno con todos los de su alrededor, desde su madre hasta la secretaria de su oficina, una persona querida por todos, incluso para los mejores y más prestigiosos abogados de su trabajo, los abogados más prestigiosos de Philadelphia. Buen abogado en su trabajo, homosexual con pareja estable en su vida privada, vida privada la cual un día tuvo el error de la infidelidad y es ahi donde comienza el tema del sida, sus problemas que por desgracia le tocaron a él.
Aquí se muestra claramente la crueldad del ser humano ante la homosexualidad y los enfermos de sida, a hombres que parecen tenerlo todo...alto estándar social y pierden los valores humanos humillando al enfermo de sida, despreciándolo y machacándolo. Un respeto por todos aquellos independientemente de su raza, religión u orientación sexual, temas totalmente de actualidad aunque la información que recibamos de lejanos países sea todo lo contrario. En este film que destila valores por los cuatro costados, queda grabado con hilo de oro la crueldad que se vivió hace años cuando apareció la terrible enfermedad. El tratamiento que se le da a la homosexualidad me parece interesante en la película. Es reconfortante ver el apoyo que tiene el protagonista por todos sus seres queridos. Por último la actitud del grupo de abogados está tratada un tanto caricaturesca. Y existen, por supuesto existen personas desalmadas, son como momias y para mi personalmente, representan en el film la codicia mas sucia y destructiva. El resto: una notable película que indaga en la parte profunda del ser donde se albergan los prejuicios y escrúpulos de los cuales se compone la miseria humana. Un fiel retrato de la marginación a la que sometemos a lo que no conocemos y, por tanto, tememos. En otras palabras: un espejo en el que vemos lo que no nos gustaría ver pero que sabemos que está ahí. Profunda película que busca tocar nuestra fibra sensiblera. Toca el tema de la discriminación y respecto a las enfermedades con un ejemplo de despido por prejuicios y temor. La actuación de Tom Hanks como enfermo es muy creíble, El tiempo pasa volando, dos actores dispuestos a comerse la pantalla. Si tuviera que resaltar un momento en especial, sería cuando Hanks sale de la oficina de Washington a las calles de Philadelphia con la música de Streets of Philadelphia y esa mirada perdida. Estremecedora canción de Neil Young para cerrar el telón de esta gran obra, la cual no me cansaré de mirar y mirar...Tom Hanks nos deleita, nos seduce y nos conmueve con una sobresaliente interpretación. Sublime la lección operística que nos brinda a los no iniciados...porque es de los momentos más emocionantes del largometraje. Merecidísimo Oscar por su actuación. Lo mejor del film sin duda. Una notable película y un fiel retrato de la marginación.
La historia es perfecta, la dirección, los actores, guión, y demás intervinientes en este arte trabajan concordes a la situación. MI RECOMENDACIÓN: Si no la has visto, no esperes más a hacerlo, si te interesa el temas tienes entonces un aliciente más, si eres curioso igual. Si la has visto ya hace mucho tiempo, te recomiendo que vuelvas.
Esta película nos enfrente a una realidad respecto a la justicia que a veces no nos gusta ver: existe parcialidad, los operadores del sistema son personas, y como tales, tienen prejuicios. El Derecho está influenciado, además, por una serie de concepciones, filosóficas, históricas, incluso religiosas, y también políticas, por lo que no es absolutamente neutro. Es por esto que es tan difícil alcanzar la total imparcialidad. Sin embargo, esa es la meta y la guía que debe primar en el desarrollo de la justicia, tanto a nivel de legislación como a nivel práctico.
Es de crucial importancia que exista una normativa mundial que permita resguardar cierto nivel de imparcialidad, así como normas de carácter ético, como el Código de Ética Profesional, y cursos que permitan enseñar la forma de abordar casos complejos desde el punto de vista moral, y den directrices para solucionarlos de la mejor forma posible. Porque, al fin y al cabo, la justicia debe ser para todos, y para todos igual, o al menos ese es el ideal que se espera alcanzar, y ver como algunas cosas cambian y otras desgraciadamente siguen