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CAUTIVOS DEL MAL

 

 

 

 

 

 

 

 

Uno de los mil placeres que me causa el Séptimo Arte es saborear algunos films todas las veces que el tiempo me lo permite, y esto me sucede con SUNSET BOULEVARD  y CAUTIVOS DEL MAL, ¿El motivo?, sencilla y llanamente porque a lo largo de la Historia del Cine no existen dos obras maestras como éstas para adentrarse en los misterios e interioridades dentro del mismo cine, con la maestría y credibilidad que le dieron Billy Wilder y Vincente Minnelli . Son como dos piezas únicas, brillantes, crueles, duras, pero firmes como las Pirámides de Egipto, donde vamos todos los historiadores y críticos del cine, pisando la caliente arena del desierto, sabiendo que al final nos vamos a encontrar con el mismo cine en carne viva. Tanto EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, como CAUTIVOS DEL MAL, poseen tantos atractivos que uno se siente en la obligación de narrar muy personalmente lo que es y lo que significó en aquella época de los grandes clásicos, estas dos obras de autor. Esta vez reuniré mis esfuerzos en escribir sobre la obra mas descarnada y fiel de un director al que admiré siempre: VINCENTE MINNELLI y allá donde estén me lo agradecerán eternamente. Ese es solo mi objetivo: enseñar a los mas jóvenes como es una obra maestra en toda su intensidad, pues desgraciadamente no pueden aprenderlo del cine que se hace en este siglo XXI. CAUTIVOS DEL MAL reúne el glamour, la magia, la dureza, la crueldad, la envidia y los sueños de esos hombres que nos han hecho soñar a lo largo de los años con sus obras, se recrea con la belleza en blanco y negro de una rutilante y exquisita Lana Turner, disfrazada por un Kirk Douglas siempre efectivo. La sobriedad de Walter Pidgeon, Barry Sullivan y Dick Powell completan el diabólico grupo de un Hollywood tan real como fué la época en que bañábamos nuestras mentes jóvenes, embriagándonos del tejido confeccionado con hilo de oro, sin saber mas de lo que veíamos en la gran pantalla. Para mí y creo que para muchos de los cinéfilos del mundo, CAUTIVOS DEL MAL, es un film magistral, una obra indiscutible de Minelli, que debería constar en la lista de las 10 mejores películas de todos los tiempos. Después de terminar mi articulo para mi website CINEPARAÍSO, sobre la película LA VIDA EN ROSA, y antes de que escarbe en el interior humano de ¿QUIEN TEME A VIRGINIA WOOLF?, quiero olvidarme hasta de mi nombre, y centrarme en el largometraje que mas satisfacciones me ha dado a lo largo de mi vida. Amo la filmografía de Vincente Minnelli, adoro sus musicales, para mi siempre será un nombre a venerar. En su honor para mi y en el de todos los actores que dieron categoría a su CAUTIVOS DEL MAL, quiero rendir este homenaje.

 

 

 

 

 

El éxito, la fama y la gloria son los principales objetivos de muchos de los hombres y mujeres ambiciosos que quieren ser algo grande en la vida, sobre todo referente al mundo del espectáculo y, en especial, el cine. Y con tal de conseguirlas son capaces de obrar de mil maneras y de manipular a la gente que tienen a su alrededor, de la que se sirven como un medio o un peldaño más para lograr la fama, sin importar herirlos, engañarlos, utilizarlos o a su trabajo para luego dejarlos tirados. Un ejemplo de ello es el tiránico productor de cine del Hollywood dorado Jonathan Shields que, tras la muerte de su famoso padre decide embarcarse también en el negocio cinematográfico, desde películas de segunda fila para llegar a producir una gran superproducción. Para ello empleará su ingenio y astucia, pero lo principal será cómo aprovechará el talento de tres principiantes en el terreno en beneficio propio: el director Fred Amiel, la actriz Georgia Lorrison, y el guionista James Lee Bartlow, a los cuales favorece, convence o alienta según le conviene, para al final traicionarlos y a abandonarlos de una manera rastrera, y ganarse el odio y el desprecio de todos ellos. Ese odio hacia Jonathan será lo primero que sabremos de él y de las tres grandes figuras del cine y la literatura, cuando se les pide que intervengan en otra película suya, Y desde ese momento inicial, conocemos, mediante un gran uso del análisis, la relación de cada uno con el productor, y sus razones para negarse a colaborar más con Shields o incluso tratar con él, a pesar de haber conseguido llegar alto cada uno en su profesión en parte gracias a él y de haber puesto en sus manos sus sueños, esperanzas o incluso, su amor. CAUTIVOS DEL MAL, es una mirada a las entrañas de ese mundo de ilusiones, pero también de sacrificio, ascenso y decadencia, que es lo que nos ofrece el maestro Vicente Minnelli en este gran clásico, que cuenta con una extraordinaria fotografía en blanco y negro, un sabio tratamiento de la trama que mantiene en vilo al espectador, escenas de inmenso poder dramático, con inolvidables interpretaciones por parte de: Lana Turner, Kirk Douglas, Walter Pidgeon, Barry Sullivan y Dick Powell.

 

 

 

 

 

 

Hacía mucho que no había vuelto a ver la película, y ante la decisión de escribir mi articulo, la he visionado con mas placer que nunca. Vicente Minnelli volvió a atraparme con una historia apasionante de cine dentro del cine. Otra película a las que se denomina clásicos. De nuevo una oportunidad de analizar por qué es un clásico. No me decepcionó sino que volvió a encantarme. CAUTIVOS DEL MAL es la radiografía de un productor-autor fruto del sistema de estudios y de la época dorada de Hollywood. La película cuenta con una estructura clásica donde el espectador construye la figura de Shields a través del testimonio y las historias de tres de sus colaboradores: un director de cine, una gran estrella y un guionista. Así conocemos los inicios, el triunfo y la caída de un hombre que vive para el cine pero capaz de hacer daño en las entrañas a tres de las personas que más le quieren o admiran. Ahora los tres, en la cima de sus carreras, tienen éxito en su labor profesional... reciben la llamada del productor, tocado y hundido, para que colaboren en su próximo proyecto. Los tres le dan largas. Así que, de nuevo, les vuelve a reunir el productor ejecutivo, interpretado por un admirable Walter Pidgeon para tratar de convencerlos. Y ahí vienen los recuerdos... Y aquí Minnelli no sólo narra a través de imágenes y un uso perfecto del lenguaje cinematográfico su historia sino que cuenta con un sólido guión al que nada le sobra ni le falta de Charles Schnee, además de interpretaciones solventes de dos secundarios de oro como Gilbert Roland y una espléndida Gloria Grahame, actriz que ganó un oscar por su interpretación. Minnelli posee un buen sentido del ritmo que lleva en la sangre debido a sus inolvidables musicales y un sentido melodramático especial que le sitúa al frente de los reyes de este género, pero sobre todo era un director y hombre de cine que conoce todos los rincones mas insólitos de la industria. Así toma de modelo a un montón de profesionales  para dar veracidad a la historia que plasma en CAUTIVOS DEL MAL, donde se mastica la magia del cine dentro del cine..¿puede existir algo mas interesante para un cinéfilo?.

 

Vincente Minnelli, en una entrevista de Cahiers du Cinéma;

 - "El personaje del productor es perfecto... Tiene sus buenos y malos aspectos porque nadie es totalmente malvado, pero más bien es víctima de las circunstancias: Hacer descubrir las motivaciones de este hombre aparentemente despiadado era un problema interesante para resolver. Hay muchos hombres de este carácter en la industria cinematográfica; no son particularmente profundos, pero conforman un pequeño universo que se nutre a sí mismo y vale la pena hablar de ello. También resulta divertido mostrar a Hollywood con un ángulo algo diferente a los abordados hasta ahora."-

-"Dejo para los que vuelvan a verla cuáles pueden ser las figuras reales en las que se inspiran el productor, el director, la actriz, el guionista…"-

 

 

 Es un buen juego y no puedo dejar de mencionar alguna de las escenas que muestran cómo narra este director. La primera vez que aparece Lana Turner,  la actriz que se convertirá en estrella por empeño del productor a pesar de arrastrar su pasado duro y un problema de alcoholismo…, no la ve nadie. Ni el productor ni los espectadores. Sólo vemos sus piernas y su voz ahogada en alcohol. Ella es Lana en su primera escena sólo nos deja ver parte de su físico y su soledad absoluta. Otra de las maravillas de esta película es ver los platós solitarios o en funcionamiento, la sala de proyecciones, los despachos donde se gesta una idea, los estrenos, las fiestas, los triunfos y fracasos, el trabajo que supone terminar un guión, el trabajo en equipo, la magia del rodaje de una escena cuando todo funciona y cómo se comportan fuera de cámara.... también el director, el productor, los técnicos, las cámaras, la iluminación…, y todos entregados a que salga una buena historia. En CAUTIVOS DEL MAL existen tres testimonios, tres flash back, las que nos permiten construir la personalidad de un hombre. Y las tres historias merecen la pena. El director que empieza codo con codo con el productor, que trabajan mano a mano y poco a poco van triunfando hasta que el productor decide plasmar su mayor protagonismo y retirar a su mejor amigo del proyecto soñado. La actriz insegura que se va convirtiendo en estrella y descubriendo cómo actuar delante de una cámara y que se va transformando en una mujer enamorada y mimada…, hasta que se acaba la película y entonces es humillada sin mirar su posible fragilidad. O el escritor que se convierte en guionista y es arrastrado a Hollywood junto a una esposa provinciana que se emborracha de Hollywood y que encuentra un productor capaz de todo para que acabe un buen guión…, incluso de retirar de en medio a la esposa molesta, convirtiéndose en otra triste víctima. La película es todo un clásico del mundo de Hollywood y sobre un hombre ambiguo, le admiras, otras te despierta ternura, pero más allá sientes desprecio por un hombre..  Obra maestra de Vicente Minnelli, que aborda el tema de la industria cinematográfica, empleando una óptica cínica y cáustica en la representación de la tipología clásica de Hollywood: Se dijo y se insiste en ello, que el productor cinematográfico que retrata CAUTIVOS DEL MAL, está inspirado tanto en la figura de Val Lawton. el artífice de maravillas para la RKO, como el mítico David O. Selznick, padre, del monumental LO QUE EL VIENTO SE LLEVO. Dentro de ese subgénero que puede denominarse “el Cine dentro del Cine”, hay muestras tan notables de HA NACIDO UNA ESTELLA, EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, CANTANDO BAJO LA LLUVIA, DOS SEMANAS EN OTRA CIUDAD, EL JUEGO DE HOLLYWOOD o la francesa LA NOCHE AMERICANA, de François Truffaut, por sólo citar las más conocidas y destacadas. Kirk Douglas tuvo que ver cómo la única nominación de la película  no se convirtió en Oscar fue precisamente la suya, como mejor actor principal. Bien es verdad que aquel año fue muy duro y competitivo, con los nominados Marlon Brando, José Ferrer, Alec Guinnes y Gary Cooper que fue quién finalmente se lo llevó por SOLO ANTE EL PELIGRO.

 

 

 

 

 

Estamos ante un dura y descarnada crítica del Hollywood de la época, que nos muestra los secretos del mundillo de los estudios justamente desde los puntales de la industria, el jefe de estudio, un productor y reputado escritor metido a guionista. Todos ellos nos ofrecen magníficas interpretaciones, sobre todo Kirk Douglas, en un papel memorable. Los cinéfilos reconocerán muchos guiños más o menos evidentes a lo largo de la película y, por lo que hemos leído de tanto y tanto que se escribió sobre la producción de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, pues sí que puede ser verdad que Minnelli se basó en David O Selznick...Aunque mi opinión personal y después de años de estudios sobre como se gestó tan magna película, debo recordar que todos los actores de GONE WITH THE WIND, siempre hablaron que Selzinck era en todo momento un padre para ellos, y que jamás y después del éxito tan brutal obtenido por el film, les dejó de lado, sino mas bien todo lo contrario. Otra de las miles de leyendas que arrastran las personalidades con poder y fuertes de la industria, No creo para nada que el maestro Vincente Minelli pensará en David O. Selzinck. !!Vamos!!, pondría mi mano en el fuego. CAUTIVOS DEL MAL es un filme desconcertante. La parábola, el documento, el melodrama se mezclan en él constantemente. Para describir a Hollywood, Minnelli crea a un hombre, un creativo, un productor, Jonathan Shields  En vez de seguirle paso, a paso en su lenta y brillante carrera después de lastimosos westerns de serie B hasta las producciones más ambiciosas, deja al gran patrón del estudio, Harry Pebbel, el cuidado de contar esta historia. Pero Pebbel nos evocará esta aventura no solamente describiendo directamente a Shields, sino a través de tres personajes que han sido marcados, humillados, y traicionados por Shields, tanto si le deben su celebridad como si es su carrera. Este triple regreso lo realizará Pebbel frente a los tres personajes en cuestión y aquí es donde en cada ocasión realiza un descubrimiento en el que participaremos: una filigrana, aquella de Jonathan Shields, productor déspota y genial y, paralelamente, la de Fred Amiel, realizador, Georgia Lorrison, actriz y James Lee Bartlow, guionista. Como Gary Cooper en UNO CONTRA TODOS de King Vidor, Jonathan Shields sacrifica todo por su ideal, por su arte. Su consigna: no sin derecho, será la regla de acción y de servicio a sus fines y con ella derrumbará todos los obstáculos, técnicos o humanos, que se atraviesen por el camino. Egoísta, inmoral o simplemente implacable, será al mismo tiempo el catalizador indispensable para el éxito de sus tres víctimas por encima de las cuales habrá de triunfar. En este punto sabemos que los personajes minnellianos viven en una especie de ósmosis entre sueño y realidad. Novelista, pintor, médico, geógrafo, etc., llevando constantemente una vida paralela y confundiendo una con la otra a menudo sin darse cuenta, según la gravedad de las situaciones. Con CAUTIVOS DEL MAL poco a poco asistiremos a la destrucción de los universos paralelos de Shields en busca de la realidad, la del estudio. Fred Amiel, aprendiz de director, sueña con llevar a escena un Gran tema, una novela difícil que él mismo adaptaría. Idealista y ambicioso, tiende a ese proyecto como a un símbolo. Shields le arrancará de ese ensueño. Hará de Fred Amiel un director inteligente pero le robará su proyecto para entregarlo a un realizador más experimentado, George Lorrison, debutante, que vive gracias al recuerdo y por el culto de un padre que fue un célebre actor. Shields destruirá este marco e impedirá a Georgia desaparecer en el universo del alcoholismo. Gracias a él se convertirá en estrella, pero jamás le perdonará no haberla amado como mujer sino solo como actriz. Para James Lee Bartlow, escritor provinciano, lleno de talento pero incapaz de escribir una línea, hostigado por una mujer tan charlatana como enamoradiza, la experiencia de encontrarse con Shields provocará un drama. Rápidamente procuró que Bartlow encontrase la calma necesaria para escribir un guión, para ello no vaciló en lanzar a Gloria Grahame, la joven esposa, en brazos de Gaucho, un Gilbert Roland perfecto y uno de los más peligrosos seductores hollywoodenses. La relación de estos amantes terminará en un accidente de aviación.

 

 

 

 

 

 

Minnelli integra hasta a los técnicos menores en su recreación de las secuencias de filmación, cuando la cámara tras encuadrar a Georgia en la cama de Gaucho, comienza a abarcar al equipo técnico y se ve detenerse literalmente, para volar y buscar a los iluminadores y electricistas fascinados por la intensidad de la escena. Para quienes están fascinados por la producción cinematográfica estadounidense y a menudo incómodos por la intrusión del lienzo político en los Films de autor, CAUTIVOS DEL MAL les aportará una visión diversa. Cómo Irving Thalberg, Louis B. Mayer, Walter Wanger, Selznick, William Fox y algunos otros, entre los cuales se puede ubicar a John Houseman, y Jonathan Shields es el hombre orquesta que produce las películas. Lo vemos discutir el vestuario, dirigir a los actores, reescribir el guión, arreglar los problemas del decorado y, paso a paso, bajo la influencia de este hombre intransigente, sentimos la construcción de los filmes, su realización articulándose hasta el instante fatídico de la pre-exhibición. Acerca del mal conocido del productor, tan asimilado con frecuencia, en Francia, el filme de Minnelli también tan revelador como la novela de Richard Brooks "El productor", uno de los libros más inteligentes que se hayan escrito acerca de Hollywood. CAUTIVOS DEL MAL es un fantástico trabajo de equipo. La perfección en la interpretación, el hecho de que cada actor de reparto se identifique admirablemente con su personaje: Iván Triesault, Leo G. Carroll, Elaine Stewart, Paul Stewart, y notablemente Sammy White, crea un conjunto homogéneo de calidad excepcional. En cuanto a Minnelli es posible que jamás haya estado tan molesto que en la gran escena expresionista del rompimiento. Al descubrir a Kirk Douglas con otra mujer, Lana Turner escapa a la noche, sube a su auto y corre en medio de golpes de freno y brillo de faros. El manto y las pieles, ambos blancos, contrastan violentamente con el negro de la noche y crean un ballet fantasmagórico de colores contrastados en su máxima intensidad. ¿Será fortuito que diez años más tarde, realizando DOS SEMANAS EN OTRA CIUDAD, Vicente Minelli retome la idea del auto enloquecido? Si Cautivos del mal es un homenaje a Hollywood, Dos semanas en otra ciudad es el símbolo de la producción árida, del decaimiento de Hollywood. Minnelli ha dicho:

-"No hay paralelismos entre las dos películas, salvo porque trata del mundo del cine. En el primer filme Douglas representaba un personaje autócrata, dotado de un gran encarte, no duda en arrasar a todos los que se atravesaban en su camino, deseoso del éxito. Aquí al contrario es el director que asume este papel y se sirve de las personas. Douglas hace un personaje completamente distinto"-

Yo pienso que ambos filmes son caras de una misma obra. El mismo guionista, el mismo productor, la misma estrella principal y como si la coincidencia no fuera tan grande, Minnelli inserta en Dos semanas en otra ciudad algunas escenas de Cautivos del mal. En este emocionante estilo de producción, inspirada y artística de Hollywood, Minnelli opone los foros aberrantes de Cinecitá con su desorden y cacofonía. En el final de Dos semanas en otra ciudad el héroe regresa, queriendo probar su talento, pero no a Roma, donde ya no solo se encuentran los naufragados del cine de Hollywood, sino para La Meca del Cine, donde le veremos de nuevo haciendo sus películas.

 

 

 

 

 

 

 

Os dejo una frase que se menciona un par de veces en la película y que resume el alma de un maestro del cine:

-" No quiero conseguir laureles. Quiero producir películas que acaben con un beso y den mucho dinero "-

 

 

 

 

  Todos odiamos el mal. Es traicionero, despreciable, engañoso y aprovechado. Pero ninguno podemos dejar de mirarlo. Tiene al magnetismo especial de los sentimientos. Y son sentimientos tan ajados como la amistad, el amor, el éxito, el arte y la visión de la verdad. El oropel, para ser sinceros, era mucho más divertido con el mal al lado. Y es que el mal asume riesgos, eso hay que entenderlo. El mal es capaz de coger a un ayudante de dirección y convertirlo en un creador con criterio. El mal también apresa a una alcohólica en pleno trance de autodestrucción y transformarla en una estrella de cine. El mal, con sus trampas y sus callejones sin salida, es el estimulo perfecto para hacer de un aburrido escritor, un guionista legendario. Lo que pasa es que el mismo mal bombardeó todo lo que había construido para hacer que nada fuera demasiado dependiente. En CAUTIVOS DEL MAL, el genio era lo primero, como forjar un director, una actriz y un guionista, pero quedarse con ese mal, solo quedaba el camino del fracaso, de la corrupción moral, del conocimiento de los bajos fondos del negocio del cine. El mal es así, tiene la culpa de las soledades pero no de los éxitos. El cine, al fin y al cabo, es una novia caprichosa que, un día, necesita una cosa y, al día siguiente, la desprecia con vehemencia. Es una montaña rusa que está construida con profesionales, con grúas, con cámaras, con luces, con letras impresas, con dinero. Y el dinero es siempre volátil, huidizo. Aunque esté ahí, al final, esperando para ser agarrado, aguardando el turno para volver a encontrar el túnel en el bolsillo e iniciar la evasión. El reconocimiento ya es otra cosa... rara vez se presenta. Y cuando lo hace, llega, da un golpe en la mesa y en la conciencia y desaparece. El mal lo sabe. Lo sabe porque ha vivido mucho. Lo sabe porque el padre del mal se encargó de hacer que se aprendieran bien las lecciones.

 

 

John Ford se las arreglaba todos los días para golpear accidentalmente con su visor al ayudante de producción, Hitchcock consideraba que las películas que hizo bajo contrato no eran del todo suyas, Fritz Lang declaró al volver a Alemania que trabajar en Hollywood era lo más parecido a hacer la calle y las obras de Orson Welles y Eric Von Stroheim fueron primero masacradas y después extirpadas antes de nacer. Son sólo cinco ejemplos de un catálogo de mezquindades amplísimo que llenaría mil críticas. Pero la evidencia pesa demasiado: lo que llamamos cine no sería lo mismo sin las obras que sí pudieron ver la luz en Hollywood de estos genios. Así que algo tuvo que ver ese grupo de comerciantes judíos –Cohn, Thalberg, Mayer, Lasky, Warner, Wallis, Zanuck, Goldwyn, Fox, muchos de los cuales no terminaron un libro en su vida, pero cortaron, manipularon, estafaron y exprimieron a la mayor concentración de artistas que se ha dado nunca en un tiempo y lugar determinados, incluido el Renacimiento italiano, para romper con el tópico. Hace tiempo que estos dinosaurios se extinguieron y fueron suplantados por ejecutivos con estudios en Yale. Bien, me gustaría aprovechar la oportunidad para enviarles un mensaje a todos, que si leyeran entenderían porque en este caso particular el español estándar coincide con el latino, y si lo pusieran en práctica les aseguro que estaríamos en camino de mejorar el producto que con frecuencia nos ofrecen. CAUTIVOS DEL MAL es lo mejor del maestro Minnelli, y lo es por ser capaz de aunar en la historia infinidad de tópicos, asimilarlos con naturalidad y sublimarlos hasta límites que rozan el arrebato y que le confieren una fuerza y un aire tumultuoso y magistral. Impregnada de un sentido del glamour irrepetible, su excelente reparto, su excelente fotografía en blanco y negro, olvidemos el magistral uso del color en Minelli, le otorga ese aire mítico y de homenaje a un mundo que en la época de su realización ya empezaba a ser casi un vestigio del pasado. Varias historias concéntricas en torno a la figura de un productor, estupendo guión sabe sacar partido a la idea de la ambigüedad y dar la vuelta al concepto de verdad y mentira gracias a una inspirada realización que desentraña con mas cariño que mordiente el negocio del cine y los resortes que lo mueven. Por todo esto es un clásico incontestable de los años 50, en el que yo habría incluido un poco más de acidez y espíritu crítico, pero que pese a todo resulta esplendorosa, y argumentalmente apasionante. Con todo una obra imprescindible, fácil de ver y disfrutable sin fisuras de comienzo a fin. Todo un ejemplo del mejor cine de los estudios americanos de la época y prueba indiscutible del esplendor, la imagen, el espectáculo y el melodrama.

 

 

 

 

 

Decir “Hollywood” era parecido a nombrar el paraíso, aunque por detrás de la estampa legendaria representada en nueve letras mayúsculas de color blanco situadas sobre una colina de Los Ángeles, no aguardaba precisamente un paraíso, sino una jungla espesa en la que había que tener determinación, imaginación, ambición, talento y agallas para no sucumbir a la claustrofobia de estar entre fieras. El protagonista de Minnelli suma todas esas cualidades. Ha nacido para la jungla de la mayor industria de cine del planeta. Y para demostrarlo, no reparará en medios. Podría ser cualquiera de esos productores que hacen bastante más que aportar capital y preocuparse sólo de ganar dinero. Shields es un artista cuya vocación es producir cine de calidad. Comenzando como la mayoría, al principio se emplea en películas de serie B, pero su genialidad pronto despunta y empieza a tomar el control. Además de su buen olfato para la calidad, también lo tiene infalible para detectar talentos en ciernes…Hay personas que aman tanto su vocación, y que poseen tal tacto para hacer aflorar la estrella escondida que algunos llevan dentro, que no reparan en medios para lograr que el patito feo eclosione en cisne, o que el modesto artista que se infravalora o que no ha sido suficientemente reconocido acabe echando fuera un caudal de inspiración que no habría podido concebir, y que sin embargo estaba ahí. ¿Genio o loco? ¿Amigo o buitre? Es difícil discernir la línea entre lo correcto y lo infame, entre la genialidad y lo mezquino, entre la condena y el perdón. Estupenda, minuciosa y mordaz del interior de esa olla de prodigios capaz de lo mejor y lo peor. Porque nos deja pensando en que si todo es lícito el “todo vale” por mucho que se trate de Hollywood, o en que todo tiene más de una cara. Y siempre hay una que la mayoría del público no ve, y que muchos en aquellos años dorados prefirieron no descubrir.

CAUTIVOS DEL MAL la tengo in mente, porque carece de las pretensiones y la prepotencia que le sobran a la considerada unánimemente como "mejor película de la historia"  . Además, posee un guión excelente y es técnicamente perfecta. Es correcta en todos sus campos, pero a la que yo añadiría mucho mas... Puede ser una cierta ligereza a la hora de contar la historia, a la que tal vez le hubiera venido bien más oscuridad y profundizar más dramáticamente en el interior de sus protagonistas. Sólo me resta decir que la considero una obra de culto absoluta.

 

Esto me recuerda lo que dijo un critico sobre CAUTIVOS DEL MAL:

 "Una de las diez mejores películas de la historia del cine".

 

 

 

 

Para terminar mi modesto homenaje a un director que venero, es un film extraordinario, con magia y que si emociona o nó dependerá de la sensibilidad de cada uno, así que pasen y juzguen ustedes mismos.

 

 

 

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