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CARY GRANT
LA OTRA ESQUINA DE UN CABALLERO
La relación y amistad que tuvo con la princesa Grace, duro hasta sus últimos días, de hecho en el palacio de Mónaco, era al único actor que tenia permitida su entrada...Era una amistad que Grace pudo disfrutar de su paso por el cine, adoraba a Cary....El actor le llenó de chismes, comentarios, anécdotas, todo relacionado con el mundo de Hollywood, que tanto ella añoraba, haciéndole la vida mas llevadera...
Cary Grant nació en Bristol...Fue un actor británico-estadounidense. Llegó a ser uno de los actores de Hollywood más populares durante décadas, no solo por su atractivo físico, sino también por su elegancia, encanto y agudeza. De él se decía que actuaba bien hasta de espaldas.Trabajó con muchas grandes divas del cine de Hollywood: Marlene Dietrich, Mae West, Grace Kelly, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Katharine Hepburn, Sophia Loren, Joan Fontaine, Ingrid Bergman, Ginger Rogers, Doris Day, Deborah Kerr y Audrey Hepburn entre otras. El personaje de James Bond se inspira parcialmente en él. Según la lista del American Film Institute, está considerado la segunda estrella masculina más importante del cine estadounidense. Tuvo una infancia infeliz y un tanto confusa. Su padre ingresó a su madre en un hospital cuando su hijo tenía nueve años. Fue a la escuela Bishop Primary School en su ciudad natal, donde coincidió con Paul Dirac, y de la que fue expulsado a los 14 años, tras un incidente relacionado con los vestuarios de las alumnas. Ese mismo año se incorporó a una compañía de teatro con la que llegó a Estados Unidos en 1920, y de Broadway pasó a Hollywood. Su primera aparición en la gran pantalla es en el cortometraje Singapore Sue del año 1931, ahí comenzó a utilizar el nombre de Cary Grant. Pronto consiguió papeles en películas de éxito, como La Venus rubia, con Marlene Dietrich y Lady Lou, con Mae West. Ya en 1942 adquirió la nacionalidad estadounidense. Grant protagonizó algunos clásicos de la comedia de enredo, como Historias de Filadelfia y La fiera de mi niña, junto a Katharine Hepburn, o Arsénico por compasión. El director Alfred Hitchcock, cuyo desapego por los actores era notorio, se entusiasmó con Grant, y le contrató para actuar en cuatro de sus películas: Sospecha (1941), Encadenados (1946; con Ingrid Bergman), Atrapa a un ladrón (1955; con Grace Kelly) y North by Northwest (1959; junto a Eva Marie Saint), que se convirtieron en clásicos...Aunque fue nominado dos veces para los Óscar, Grant no obtuvo el premio, si bien recibió en 1970 un premio especial de la Academia de Cine en reconocimiento a su carrera. En 1981 le fue concedido el Kennedy Center Honors en reconocimiento a su talento y contribución a las artes escénicas. En los años 50 logró superar un arraigado alcoholismo a través de sesiones psicodélicas, convirtiéndose en un defensor del LSD en Hollywood
A lo largo de su vida Grant llegó a casarse cinco veces, siendo su penúltima esposa la actriz Dyan Cannon, mucho más joven que él y con la que tuvo su única hija, Jennifer Grant. Grant no quería que Jennifer trabajara en la industria cinematográfica, pero después de la muerte de su padre, Jennifer se hizo actriz. Algunos, incluyendo a Hedda Hopper y el guionista Arthur Laurents han dicho que Grant era bisexual. Sobre ello corrieron rumores durante décadas. Grant presuntamente estuvo involucrado sentimentalmente con el diseñador de vestuario Orry-Kelly cuando primero se trasladó a Manhattan y luego vivió con el actor Randolph Scott durante 12 años. El crítico Richard Blackwell escribió que Grant y Scott estaban "locamente enamorados". Scotty Bowers afirmó en "Full Service", publicadas en 2012, que él fué amante de Grant y Scott. William McBrien, en su biografía "Cole Porter", dice que Cole Porter y Grant frecuentaron la misma casa de prostitución masculina en Harlem, manejada por Clint Moore y secretamente popular entre las celebridades gays. Sin embargo, Barbara Harris, viuda de Grant, ha puesto en disputa que existiese una relación con Scott. Cuando Chevy Chase bromeó acerca de que Grant era gay en una entrevista televisiva, Grant lo demandó por difamación; la demanda fue resuelta fuera de los tribunales. Sin embargo, la ex-novia de Grant, Maureen Donaldson escribió en sus memorias, que Grant le dijo que sus dos primeras esposas lo habían acusado de ser homosexual. En "Chaplin's Girl", biografía de Virginia Cherrill, primera esposa de Grant, la escritora Miranda Seymour reconoció que Grant y Scott eran sólo amigos. La hija de Grant, Jennifer Grant, negó que su padre fuera gay… La madre de Jennifer, Dyan Cannon, cuarta esposa de Grant, también negó que Grant fuera gay cuando estuvo promocionando las memorias de Grant en 2012. Betsy Drake, en una entrevista durante un documental de American Movie Classics sobre la vida de Grant, dijo: "Cuando estábamos casados, follábamos como conejos".
Las penurias económicas que padeció en su infancia le hicieron controlar mucho el dinero que ganaba. Pese a llegar a cobrar más de tres millones de dólares por película, que lo convirtieron en el actor mejor pagado, tuvo una merecida fama de tacaño en Hollywood. El temor a volver a ser pobre siempre le rondaba por la cabeza y llegó a recibir sesiones de psicoanálisis para evitar pesadillas relacionadas con la pobreza. Le apasionaban las carreras de caballos y las apuestas, pero nunca invertía más de un par de dólares. También hay varias fuentes que afirman que llegaba a cobrar entre 15 céntimos y un dólar por cada autógrafo que firmaba. El actor se quejaba de los impuestos que debía pagar y en todos sus matrimonios firmó contratos prenupciales. ¿Quién es el mejor actor de la historia del cine? Como siempre, hablamos de algo imposible de determinar de manera objetiva. Algunos apuntarán hacia actores más camaleónicos como Laurence Olivier, Charles Laughton, Marlon Brando, Al Pacino, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Jack Nicholson. Otros, no tan fans del Método, valoran más las presencias singulares, irrepetibles, que llenan la pantalla con su personalidad. En este grupo podríamos acordarnos de Humphrey Bogart, Gary Cooper, James Stewart, Sean Connery, Henry Fonda, John Wayne, Clark Gable, Gregory Peck, Burt Lancaster, Spencer Tracy… Y todo sin salir de Hollywood para no tener que acordarnos de Alec Guinness, Max Von Sydow, Toshiro Mifune, Tatsuya Nakadai, Marcello Mastroianni, Jean Gabin, Paco Rabal, Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, y muchos más. Y ahora viene la verdadera pregunta ¿alguno de estos monstruos mejoraría una película de Cary Grant?, absolutamente !NO!.
Archibald Alexander Leach nunca ganó un Oscar, de hecho solo estuvo nominado en dos ocasiones en su extensa carrera. Sin embargo, todos sabemos que Cary Grant no tenía igual en la gran pantalla. De él se decía, medio en broma medio en serio, que actuaba bien hasta de espaldas. Puede que fuese porque Grant, sin duda, pertenecía a ese grupo de actores que partía de su propia presencia y carisma, más allá del personaje. Podría tener muchos nombres y profesiones, pero Cary Grant siempre era Cary Grant, atractivo, elegancia, seducción y simpatía. Sin embargo, al contrario que otros como Humphrey Bogart o John Wayne, incluso James Stewart, tampoco podemos decir que Grant no era un actor de registros. No ha habido nadie que haya protagonizado comedias como él, desde cintas de enredo como ‘Arsénico por compasión’ hasta las más elegantes como ‘Historias de Filadelfia’. En el lado contrario, tenemos el suspense de ‘Charada’ o ‘Con la muerte en los talones’, por no hablar del derroche dramático y romántico de ‘Tu y yo’. Hizo de asesino en ‘Sospecha’ y se puso uniforme militar en ‘Destino Tokio’, ‘Operación Whisky’ y ‘Operación Pacífico’. Eso sí, nunca pisó un western pero probablemente sea porque nadie se atrevió a quitarle su impecable traje…
Dicen que Billy Wilder lo quería en lugar de Humphrey Bogart para ‘Sabrina’. Que de nuevo lo quiso en lugar de Gary Cooper para ‘Ariane’. En ambas, al contrario que sustituyendo a Grant en cualquiera de sus películas, no cuesta nada imaginar el por qué. Lamentando que Wilder nunca lograse, por problemas de agenda, trabajar con él y juntar así a dos talentos que parecían hechos el uno para el otro, este es un momento tan bueno como cualquier otro para repasar la complicada vida del actor protagonista por excelencia. Los que aluden a él como un seductor se imaginan una cosa, los que afirman su homosexualidad, más bien la contraria… Lo importante es que Grant ingresó de adolescente en una compañía de Vodevil ambulante dónde se formó. Fue un chico multiusos. Durante la década de los años 20 recorrió teatros ambulantes como acróbata e incluso cantante. En 1931 hizo parada en Hollywood y Paramount se fijó en él. No fue hasta ya asentado en la industria del cine, con más de 30 años de edad, cuando su padre le confesó, poco antes de morir que su madre seguia viva. Dicen que Grant tiró de influencias y dinero para conseguir sacarla pero, tras más de veinte años en la institución, su estado era lamentable. Pese al panorama familiar, la elegancia de Grant y su habilidad para recitar los mejores diálogos muy pronto le hizo el actor referencia de la Screwball Comedy en los años 30. En los 40 ya era el número uno de Hollywood. También, cómo no, como galán, porque nadie daba un beso en la pantalla a una mujer como Cary Grant. Que se lo pregunten a Ingrid Bergman o a Grace Kelly. Sin embargo, hoy en día todavía se discute sobre su vida privada. Sus matrimonios fueron cinco: Virginia Cherrill, Barbara Hutton, Betsy Drake, Dyan Cannon y Barbara Harris. Cary Grant, criado en la pobreza y en Hollywood pese a ser durante años el actor mejor pagado del mundo, firmó un contrato prenupcial en todos y cada uno de sus matrimonios. Tuvo solo una hija, Jennifer Grant .... Curiosamente, le prohibió dedicarse al mundo de la actuación y esta respetó sus deseos hasta el fallecimiento del actor. Después, apareció en series como 'Beverly Hills 90210', 'Movie Stars' e incluso 'Friends'. Tanto ella como sus cinco esposas han negado de forma más o menos vehemente las relaciones de Grant con hombres. Algunas, como Betsy Drake, han presumido incluso de la apetencia sexual del actor. Otras se han limitado a aclarar la relación de Grant con el actor Randolph Scott. Algunos se empeñan en reivindicar su heterosexualidad, otros hablan de matrimonios ficticios y homosexualidad. Más allá de la inestabilidad de su infancia, también se conoce que Grant fue un mal alumno. De hecho, dejó su educación a los 14 tras ser expulsado. Los que aluden a él como un seductor se imaginan una cosa... Lo importante es que Grant ingresó de adolescente en una compañía de Vodevil ambulante dónde se formó.
La mayoría habla de bisexualidad en torno a un Grant cuya estrecha relación con Scott es innegable. Cary Grant y Scott compartieron una mansión en Santa Mónica durante 12 años. De hecho, se dice que su matrimonio con Virginia Cherrill fue la respuesta del estudio para acallar los rumores tras aparecer en la prensa fotos de ambos conviviendo juntos. Ambos se conocieron rodando ‘Sábado de juerga’ y no tardaron en irse a vivir juntos. Mantuvieron su convivencia, matrimonios mediante, hasta que el estudio les obligó a cortar también eso por lo sano. Lo cierto es que ni Scott y Grant, como ninguno de su familiares, han confirmado una relación que varias fuentes de chismorreos del Hollywood clásico dan por sentada. Su inclinación sexual y la amplitud y variedad de sus amantes es solo un punto más en una vida personal casi tan interesante como la profesional y de la que la orientación sexual solo debe ser un pequeño añadido. Eso sí, es a Cary Grant al que le debemos la popularización de la palabra “gay” con el significado contemporáneo. En dicha época, el término coloquial y ofensivo era mayormente “fags” mientras que “gay” significaba alegre y extravagante. Sin embargo, en ‘La fiera de mi niña’ hay una escena en la que el personaje de Grant se ve obligado a vestirse únicamente con un camisón femenino y, cuando le descubren, se justifica con un “me he vuelto gay”. Aunque era una forma de decir loco o divertido, el vestuario de mujer completó el sentido. “Gay” no se utilizó de manera común para referirse a homosexual hasta los 70 pero, teniendo en cuenta que tanto Grant como Howard Hawks supuestamente pertenecían a la comunidad LGTBI de Hollywood, muchos historiadores siguen entendiendo ese “soy gay” como una sutil salida del armario que modificaría una palabra para siempre. De Cary Grant, impecable caballero inglés de intachable reputación, pocos han reparado en su uso de las drogas. Al contrario que muchas estrellas de su generación, con escándalos sexuales, con temas de alcohol o drogas como la cocaína, Grant fue un público defensor del consumo del LSD. Se dice que las pesadillas de su infancia y la paranoia de la pobreza nunca le abandonaron pese a sus décadas en la cima. Fue en los años cincuenta cuando encontró la solución, el ácido lisérgico. El LSD fue una droga terapéutica recomendada contra la depresión, no sin polémica, entre 1950 y 1965. Quiero hablar sobre esto a todo el mundo. Sucedió en 1960 y en la misma acabó recomendado a todas las amas de casa estadounidenses que tomaran LSD. Casualidad o no, Grant dejó de actuar para siempre y oficializó su retiro en 1966, el mismo año que el LSD fue declarado como una droga ilegal y se prohibió su consumo. Ese ya lejano 1966 nos dejó el actor pero se quedó la leyenda, el icono, ese inglés que actuaba bien hasta de espaldas, que nunca tuvo un mal papel, ni siquiera un mal segundo. Cary era, y será siempre, un actor perfecto.
“Todo el mundo quiere ser Cary Grant. Incluso yo quiero ser Cary Grant. He pasado fluctuando entre Archie Leach y Cary Grant; sin estar seguro de ninguno, desconfiando de ambos. Fingí ser alguien que deseaba ser, hasta que finalmente me convertí en esa persona... O él se convirtió en mí”.
El Hollywood en el que vivió Cary Grant no tiene nada que ver con el de hoy. Él se retiró de la interpretación con “Apartamento para tres” y desde entonces mucho ha llovido. La industria y las estrellas han ido evolucionando conforme lo ha ido haciendo el mundo y han cambiado los hábitos de consumo pero Grant sigue siendo imperecedero, ajeno a los bandazos del resto. De hecho aunque el actual concepto de estrellato sea tan difuso se continúa buscando a alguien que se le pueda parecer y cualquiera que pretenda emular su estilo se expone a ser considerado antiguo. Detrás de uno de los reyes de la comedia, de uno de los actores fetiche de Alfred Hitchcock y uno de los más elegantes que han podido verse en la gran pantalla se esconde un revolucionario ya que fue el primero en ir por libre en un sistema dominado por los Estudios, algo que nunca le perdonó la industria, y también alguien extremadamente inseguro, traumatizado, que buscaba constantemente la felicidad y que solamente en el período final de su vida logró aceptarse. Ya adentrado en el mundo del espectáculo se caracterizó por el cultivo de su imagen y buenas maneras. Se obsesionó con la higiene personal, el peso, el bronceado especialmente elevado, los trajes buenos, (muchas veces aceptaba los guiones según el vestuario y una cláusula contractual donde tenía el derecho de quedarse con la ropa) y la adquisición de modales refinados. El personaje de Cary Grant comenzó a gestarse cuando era un aspirante a actor en Nueva York y no podía ganarse la vida así que, ayudándose de su físico, comenzó a obtener dinero extra actuando como chico de compañía de acaudaladas señoras, llegándose a rumorear que no tardó mucho tiempo en convertirse en uno de los gigolós más cotizados de la gran manzana. Una de sus jefas fue Mae West que tenia una agencia de acompañantes. Cary se diferenciaba de su generación de actores por su talento natural pero él consideraba que era un instrumento en manos de una historia y que lejos de un director como Alfred Hitchcock, Leo McCarey o George Cukor, un buen guión, una magnífica compañera de reparto como Deborah Kerr, Katharine Hepburn, Irene Dunne, Ingrid Bergman o Grace Kelly, Pero alguien como él, con su estilo vivió acomplejado toda su vida por sus orígenes humildes.
Admiró a Charles Chaplin y siendo un chaval le vio en uno de sus números y sintió que él iba a hacer lo mismo. Era un adolescente que iba a la deriva, completamente desamparado y que coqueteaba con la delincuencia para sobrevivir cuando fue rescatado por una compañía de vodevil que le reclutó y que le permitió viajar a los Estados Unidos. Llegó a Hollywood a través de Broadway y firmó un contrato con la Paramount. El Estudio andaba desesperado porque la crisis económica tras el crack del 1929 le estaba haciendo perder mucho dinero y se había quedado sin una gran estrella como Rodolfo Valentino, fallecido en el año 1926, y buscaba a alguien barato porque Gary Cooper ya se había instalado en la liga de las superestrellas gracias al éxito de “Marruecos”. Grant no podía soportar a Cooper, le envidiaba su estatus en la industria, por quedarse con los mejores papeles y dejarle con las sobras y por supuesto sus orígenes acomodados y su formación universitaria. Grant cultivó durante décadas su imagen de seductor pero en su faceta personal no lo fue, de hecho su gran amigo Howard Hughes siempre le utilizó como reclamo para atraer mujeres porque sabía que no se iría con ninguna a la cama. Grant buscaba en su compañera de viaje a alguien que le recordara a su madre, solía sentirse atraído por las mujeres que se podían asemejar a ella tanto a nivel físico como emocional y, con el paso de los años, se dio cuenta de que eso no era lo que necesitaba. Recuperó la relación con su madre cuando él ya superaba la treintena y pudo disfrutar de las últimas tres décadas de vida de Elsie, pero con la carrera de una estrella y viviendo en países diferentes fue mucho menos de lo que realmente se quería. Un patrón que se repitió en su comportamiento con todas sus mujeres, menos en la última, era que Grant era muy posesivo y celoso. Aunque sus mujeres y su hija han tratado de asegurar la heterosexualidad de Cary Grant los rumores sobre su orientación sexual ya circulaban en el viejo Hollywood y los Estudios. Se enamoró como un colegial de Ginger Rogers y también de Irene Dunne pero lo suyo con ellas no pasó de la atracción platónica y de admiración. Cuando llevaba muy poco tiempo en Hollywood y su carrera cinematográfica iba dando sus primeros pasos apenas se conocía nada de su vida sentimental, eso fue un caldo de cultivo para especular con sus preferencias sexuales y contribuyeron notablemente los comentarios realizados por Carole Lombard, Marlene Dietrich y Tallulah Bankhead, sobre la incapacidad del protagonista de “Con la muerte en los talones” de insinuarse con una mujer. Siendo aún un absoluto desconocido que trataba de hacerse un hueco en Broadway, Archie Leach comenzó a compartir piso con otro aspirante a artista llamado George Orry-Kelly que luego terminó convirtiéndose en un afamado diseñador de vestuario que ganó en tres ocasiones el Oscar por "Un americano en París", "Las girls" y "Con faldas y a lo loco". La relación entre ambos fue tempestuosa y finalizó cuando los dos se trasladaron a Hollywood. Grant que siempre jugó al despiste e incluso a adornar su propia historia, jamás hizo mención a Orry-Kelly.
La más notoria de las relaciones de Grant, incluidas las mantenidas con cualquiera de sus esposas en donde se encontraba la multimillonaria Bárbara Hutton, la tuvo con Randolph Scott. Si Cary Grant procedía de los suburbios de Bristol, Randolph Scott era un niño sureño perteneciente a una adinerada familia, su padre era industrial del sector textil, y había estudiado ingeniería. Llegó a Hollywood con los 30 años cumplidos, lo que le convertía en alguien demasiado mayor para hacer carrera, y se convirtió en uno de los protegidos de Howard Hughes, amigo de su familia, que le colocó en la Paramount aunque ahí poco hizo. Se conocieron en el rodaje de “Sábado de juerga”. La atracción entre ambos fue inmediata y enseguida se fueron a vivir juntos. Aquello no resultó sospechoso porque es una práctica habitual compartir una vivienda cuando no se disponen de medios para hacerse con una propiedad. El problema para los dos llegó cuando no disimulaban ante los miembros de la industria su condición de pareja. Protagonizaban sesiones fotográficas y daban detalles a la prensa sobre su vida en común, no se cortaban nada a la hora de mostrarse su afecto, organizaban fiestas, o acudían disfrazados de mujer a los eventos repartidos por la ciudad, aquellas acciones no gustaban nada a la industria y más en un momento en el que se exigía ajustarse a las cláusulas de moralidad impuestas en el Código Hays. Había que jugar al despiste para esquivar cualquier sospecha y el Estudio buscó a aspirantes a luminaria para que sirvieran de complementos de Grant y Scott en reportajes fotográficos y fiestas, afortunadamente para la compañía Cary terminó cayendo rendido ante los encantos de Virginia Cherrill, la florista ciega que enamora a Charlot en “Luces de la ciudad”, a la que conoció en el estreno de “La Venus rubia” y considerada, además de una belleza con unos impresionantes ojos azules, una caza fortunas. “Obviamente éramos tres en nuestra relación”. Esas palabras las pronunció Lady Di en una célebre entrevista pero también son aplicables para hablar de la fugaz historia entre Cary Grant y Virginia Cherrill. Randolph Scott la odiaba, por motivos obvios, y aquello evidentemente era mutuo ya que él era la carabina que siempre estaba presente. Lo curioso era la actitud de Grant ya que se comportaba como un celoso patológico con su novia, sospechaba de cualquiera que se fijara en ella, pero al mismo tiempo era capaz de mostrar un absoluto desinterés por ella algo que se evidenció tras su boda, siendo un patrón que repitió en sus matrimonios.
Randolph Scott nunca llegó a ser una estrella de "clase A" pero el dinero nunca le faltó, no solamente por proceder de una rica familia sino porque tenía buen olfato para los negocios; se fijó en el uranio y también hizo inversiones fuera de los Estados Unidos. Scott le regaló a Cary Grant una preciosa casa en la playa que había pertenecido a una antigua estrella del cine mudo llamada Norma Talmadge. Era un tipo muy listo y, aunque el casoplón era para Cary, la puso a nombre de ambos con la condición de que si uno de los dos se casaba el otro tenía el derecho de comprar la otra mitad. Esa fue una manera de presionar a Grant para que se mantuviera soltero. Randolph Scott se casó en dos ocasiones, con la adinerada criadora de caballos Marion duPont y con la actriz Patricia Stillman y se le atribuyó un romance con Dorothy Lamour aunque ella admitió con posterioridad que todo fue una maniobra publicitaria. El tándem formado por Cary Grant y Randolph Scott comenzó a resentirse en el momento en el que Hollywood empezó a presionarles para que dejaran de ser un par de colegas con derecho a roce, más que el encuentro entre dos almas gemelas la naturaleza de su relación se parecía más a la de dos compañeros de habitación en el campus que de manera mutua se desahogaban sexualmente. Las mujeres y el asentamiento de sus carreras, especialmente la de Grant que logró convertirse en una estrella cuando rompió con la Paramount y voló en solitario, siendo un caso único en la industria en aquel entonces, hicieron que la camaradería y complicidad entre ambos pasase a un segundo plano. Pero el golpe definitivo entre los dos vino por los negocios. Cuando logró acumular su primer millón de dólares quiso que alguien experto en negocios le aconsejara. Siendo Howard Hughes muy amigo suyo le convertía en una opción idónea para eso pero el multimillonario también era conocido por perder muchísimo en sus inversiones que en alguien como él era calderilla pero en el resto de la población era irreparable. Así que su elección fue Randolph Scott cuya fortuna había crecido como la espuma gracias a sus negocios extracinematográficos. Él animó a Grant a recurrir a los bonos y valores en el extranjero, esquivando a los recaudadores de impuestos americanos, y siguiendo su consejo invirtió medio millón de dólares en unos bonos emitidos en Filipinas. Lo que Grant no se podía imaginar fue que en 1939 sería investigado por participar en un fraude valorado en un millón de dólares mediante bonos emitidos en el país asiático. El cabecilla de la trama de inversiones fue William P. Buckner Jr., casado con la actriz Loretta Young, que se dedicaba a blanquear dinero y que se aprovechó de sus contactos en la industria para reclutar a algunos de sus miembros, entre ellos Bing Crosby, todos negaron conocerle. Grant se vio tan desbordado por la situación y tan perdido que quedó claro que fue una víctima de su inexperiencia, ni a él ni a Scott se les volvió a citar en relación con la investigación. Cary Grant no perdonó a Randolph por este episodio y por la humillación pública a la que fue sometido. De esa manera saltó por los aires una de las parejas que más quebraderos de cabeza dió a la comunidad de Hollywood..
-""Quiero hablar sobre esto a todo el mundo. Ha cambiado mi vida. Todo el mundo debería probarlo."" (dijo el actor)_Sucedió en 1960 y acabó recomendado a todas las amas de casa estadounidenses que tomaran LSD. Casualidad o no, Grant dejó de actuar para siempre y oficializó su retiro en 1966, el mismo año que el LSD fue declarado como una droga ilegal y se prohibió su consumo. Ese lejano 1966 nos dejó el actor pero quedó la leyenda, el icono, ese inglés que actuaba bien hasta de espaldas, que nunca tuvo un mal papel, ni siquiera un mal segundo. Ya fuese homosexual, bisexual o heterosexual, de familia pobre o rica, estable y centrado o depresivo... Cary Grant era, es y será ese actor perfecto. Durante los últimos años de su vida, retirado del cine, fue ejecutivo de diversas empresas relacionadas con el mundo del cine. Se dedicó a viajar por Estados Unidos y Europa, donde realizó diversas sesiones de su programa Una noche con Cary Grant, en las que tras la proyección de fragmentos de sus películas, respondía a las preguntas del público. Grant se estaba preparando para una actuación en el Teatro Adler en Davenport, Iowa, en la tarde del 29 de noviembre de 1986, cuando sufrió una hemorragia cerebral... Su esposa Bárbara no sabía lo que estaba pasando y fue a una farmacia local para obtener una aspirina.
Murió a las 11:22 p. m. en el Hospital de San Lucas en Davenport, a la edad de 82 años... La mayor parte de sus bienes, por valor de millones de dólares, fueron para su quinta esposa, Bárbara Harris, y para su hija, Jennifer Grant....
Se nos fué así uno de los rostros mas queridos del Séptimo Arte