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MARLON BRANDO

EL MEJOR ACTOR DE LA HISTORIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los comentarios que siguen a continuación son un resumen de la obra del escritor

 Andrew Coven...

 Amigo del actor

 

  

 

Me prometió hacerlo él, pero quiso que fuera yo el que lo contase por escrito y surgió, " Las canciones que mi madre me enseñó", una autobiografía, donde el actor recibió 5 millones de dólares por 468 páginas, pero sin nombrar a sus esposas, pero si a sus hijos. Este manuscrito lo he tenido oculto mucho tiempo...A la vez, el periodista Peter Manso sacó su obra "Brando, the biography". Su visión del astro fue muy distinta a la que se da en su autobiografía. "Investigar para el libro ha sido como recorrer una cloaca en un barco con el fondo de cristal", resumió Manso, que abordó el lado más tenebroso de Brando. Sin olvidar el efecto devastador para la vida y la carrera de la mayoría de las personas que le han conocido. Sobre todo, sus relaciones con las mujeres, a cual más tremenda, que olvidó mencionar, tan convenientemente, en Las canciones que mi madre me enseñó. Las disputas e intentos de suicidio de Anna Kashfi, su primera esposa, la madre de su hijo Christian,  las demandas por alimentos de Movita, su segunda mujer, madre de Miko y Rebecca. Su intento de convencer a Tarita para que abortase de Tehotu, hermano mayor de la malograda Cheyenne. En algún lugar entre las memorias autocomplacientes de Brando y la biografía descarnada de Peter Manso, se encuentra lo que queda del verdadero Marlon Brando... Un muchacho rebelde, inquieto, pero de buen corazón, nacido el 3 de abril de 1924 en Omaha, Estado de Nebraska... Una tierra de indios colonizada por centroeuropeos. Su infancia parece sacada de un programa televisivo. Una historia de las que acaban con su protagonista entre rejas. Familia originaria de Alsacia y Holanda, cuyo apellido evolucionó de Brandeau, a Brandaus y Brandows, antes de acabar en Brando. El padre, un representante mujeriego. La madre, una aspirante a actriz que renunció al arte y acabó en esposa maltratada, mitigando su frustración con el alcohol. Los frecuentes traslados de la familia, impuestos por la profesión del padre, y los escándalos de la madre, completan la niñez itinerante de los hermanos Brando: las chicas, Jocelyn y Frances, y el pequeño Marlon. Semilla del futuro inadaptado, que hizo de Budy, como le apodaban en casa, un diablo en el colegio. En 1942, con 17 años, al poco de entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, su padre le internó en una academia militar. Me contó que de las peores épocas de su vida. No sólo no compartía el espíritu patriótico que había inflamado a la juventud americana sino que siempre ha odiado la disciplina. En contra de lo previsto, se libró del alistamiento para combatir. La leyenda mantiene que porque los militares le tacharon de problemático  La causa oficial fue, sin embargo, su miopía y una lesión de rodilla que había acabado poco antes con su ilusión de dedicarse al deporte. Sin otra cosa mejor que hacer y deseando alejarse de un hogar que ya le era insoportable, recaló en Nueva York, ciudad que veía como el ideal de la bohemia con la que soñaba. Allí siguió la tradición de los actores que empiezan e hizo todos los trabajos imaginables. En general, le duraban poco, como el empleo de ascensorista de unos grandes almacenes, en el que sólo aguantó 4 días, incapaz de superar la vergüenza que le causaba tener que anunciar en voz alta la planta de lencería. El agrupamiento de los hermanos Brando en Nueva York, huyendo de su casa, recuerda al que reunió años más tarde a Julia Roberts y sus hermanos. Llegó primero Frances, que acogió en su casa a Marlon y, por último, a Jocelyn. Todos los Brando probaron suerte como actores pero sólo uno, Marlon, alcanzó la cima. Escuelas de interpretación y grupos alternativos le llevaron a una fecha histórica, el 3 de diciembre de 1947.

 

 

 

 

 

SUS MEMORIAS

 

 No figura en las enciclopedias, pero ese día tuvo lugar una de las mayores revoluciones del modo de interpretar en la escena y el cine norteamericano. Fue la noche en la que Marlon Brando debutó en Nueva York, como protagonista de Un tranvía llamado deseo, en el teatro Ethel Barrymore, el local que honra la memoria de esa gran dama de la escena en Broadway, el corazón teatral de la ciudad, que es como decir de todo Estados Unidos. La ovación duró media hora. "En aquellos días, la gente sólo se ponía de pie al escuchar el himno nacional", recordaba impresionada Irene Selznick (hija de Louis B. Mayer,  y esposa de David O. Selznick

 

 Marlon me contó que:

 

 "Aquella noche fue la primera vez en mi vida que vi al público levantarse para aplaudir y la primera vez que vi que los Shuberts (empresarios teatrales) se quedaban hasta el último telón".

 

 

 

Al salir Brando a escena para saludar, los aplausos se hicieron ensordecedores. Había nacido una estrella pero, más importante aún, había triunfado un nuevo modo de afrontar la interpretación, "el método". Sus profesores, Stella Adler, Lee Strasberg y Elia Kazan eran los sumos sacerdotes en Estados Unidos de las técnicas del ruso Kostantin Stanislavsky, y la escuela llamada Actor's Studio, donde impartían sus enseñanzas los dos últimos, su templo. Hasta entonces, los actores americanos se alimentaban de las técnicas heredadas de la encorsetada tradición teatral de Inglaterra y Europa, en general. La aparición de Brando, que era símbolo de fuerza y vitalidad del nuevo continente, redujo a naftalina todo lo visto hasta entonces y abrió el camino al recambio generacional que aportó la plana mayor del alumnado del Actor's Studio: Paúl Newman, Joanne Woodward, Steve McQueen, Shelley Winters, James Dean y Montgomery Clift. Se rechazaba la idea de que los personajes se componían desde fuera, a partir de trucos del oficio. Había que meterse en su psicología, sentir como lo harían ellos, de modo que el resultado fuera el fruto de una emoción interior verdadera. Brando impuso en Hombres (1950), su primer film, la moda llevada luego al absurdo, de preparar a fondo sus papeles. Él vivió un mes en una clínica especializada, sin apearse de una silla de ruedas, porque iba a encarnar a un parapléjico. Hollywood se enamoró de la novedad y Brando recibió ofertas de todos los estudios. Él, no obstante, marcó la distancia desde el principio, estableciendo lo que ha sido siempre su norma de conducta con la industria del cine. Le encanta el dinero de las películas pero desprecia todas las servidumbres de la fama y la promoción. Ha sido una estrella tan atípica que nunca ha coleccionado la multitud de recortes de prensa que aparecen sobre él. Un suceso durante los ensayos de Un tranvía llamado deseo demuestra que siempre ha ido contracorriente. En los descansos, mataba el tiempo con encuentros amorosos en su camerino o practicando boxeo. En uno de esos combates se partió la nariz. Su belleza dejo de ser perfecta pero su rostro ganó carácter. Al menos eso le pareció a él y nunca se la arregló. La mayoría de estrellas, en cambio, empieza su carrera aumentando su atractivo con operaciones de estética.

 

 

 

 

Nada mas llegar a Hollywood, fué nominado cuatro años seguidos al Oscar, por Un tranvía llamado deseo, Viva Zapata, Julio César y La ley del silencio, ganando la primera de sus dos estatuillas por esta última cinta. Ese año estrenó ¡Salvaje!, título que impuso la chaqueta de cuero y los vaqueros como prendas habituales para montar en moto, haciendo de ellas las señas de identidad de la rebeldía juvenil y de la naciente era del rock and roll. Lo mismo que los brutos de sus películas, él hacía todo lo que le apetecía y su afición preferida era provocar. Le gustaba fingir que se le caía el bocado de la boca al comer y se tiraba largas secuencias de pedos, espaciándolos entre sí, mientras conversaba con alguien, para ver su reacción. Lo curioso es que cuanto más despreciaba a Hollywood, más se le admiraba, siendo el primer actor que ganó un millón de dólares por la película Piel de serpiente. A mediados de los años cincuenta despuntaron también James Dean y Marilyn Monroe, las otras dos grandes leyendas. Una muerte súbita de Dean en 1955 y Marilyn en 1962 jugó a su favor y los hizo inmortales. Brando, que se había convertido en mito antes que ellos, no pudo soportar, en cambio, la prueba del tiempo. Rechazó los protagonistas de Lawrence de Arabia y Dos hombres y un destino...Su vida sentimental se descomponía, su matrimonio con Anna Kashfi, con la que se casó porque le engañó diciéndole que era de la India, duró un año. Tuvieron un hijo, Christian, y se pasaron años en los tribunales litigando por su custodia e hicieron de él un desgraciado, alcohólico desde los 14 años. En 1991, el muchacho acabó condenado a prisión en 1996 por matar al novio de su hermanastra Cheyenne en la mansión del actor. La peor venganza de Kashfi fue publicar unas memorias explosivas (Brando for Breakfast), desvelando intimidades del actor y haciendo afirmaciones humillantes sobre él. Por ejemplo: "Físicamente no es un varón bien dotado. Suple la deficiencia con una exagerada devoción hacia su miembro, al que llama con pedantería `mi noble herramienta'". Contó que le gustaban las mujeres morenas, de origen exótico, con algún rasgo en común con su madre...

 

 

 

Marlon acabó aceptando que "como muchos hombres he tenido experiencias homosexuales y no estoy avergonzado de ello". De todas las que le han atribuido destacan dos. La que le unió al actor y director francés Christian Marquand, por el que, según Kashfi, puso su nombre a su hijo. Más la relación con Jack Nicholson durante el rodaje de Missouri, pero que ninguno de ellos ha negado. Durante años se dedicó a apoyar causas como los derechos de los indios americanos y pasando largas temporadas en el atolón que se compró en Tahiti mientras rodaba Rebelión a bordo. Todos lo consideraban acabado cuando resurgió en 1972 con dos clásicos: El padrino, por el que ganó su segundo Oscar, aunque lo rechazó enviando a una india y El último tango en París. De nuevo, demostró que era grande, inmenso y único.

 

Budy impuso la moda de las apariciones breves pagadas a precio de oro. "Marlon Brando ganó por un total de 20 minutos en la pantalla más dinero que cobró Clark Gable durante sus 20 años en la Metro Goldwyn Mayer", -dijo Billy Wilder-. Los gastos provocados por la detención de su hijo Christian le arruinaron, obligándole a trabajar en cintas de dudosa calidad pero con enormes sueldos. No ha perdido las ganas de vivir y sigue teniendo hijos, por ejemplo con su criada hispana, madre de Ninna, Myles y Timothy, éste último nacido cuando tenía 71 años. La prensa colombiana anunció en noviembre pasado que había convencido a Gabriel García Márquez para hacer El otoño del patriarca, película con la que quiere retirarse. Un día se dijo de él que tenía "cuerpo de gladiador y rostro de poeta". Hoy, que es un anciano con más de 150 kilos de peso, pero a pesar de todo... ¿Será verdad que las leyendas nunca mueren?. Quiero recordar que en la primavera de 1943, mientras los aliados estaban más cerca de la victoria sobre el Tercer Reich y las fuerzas norteamericanas todavía mataban y morían en el Pacífico, Marlon golpeó la puerta del 31 West, 27th Street, 3rd Floor, entre Broadway y 6º. Avenue… Era el Actors Studio. Era una casa, sí, mucho más... un templo, allí enseñaba actuación Stella Adler, que moldeó a algunos de los más grandes de la pantalla…Lo miró, y casi le impidió la entrada. Un pantalón raído, unas zapatillas que habían conocido tiempos mejores, y una mirada algo altanera le sugirieron más un vagabundo de los muelles que un aspirante actor. Pero –los grandes artistas tienen más de cinco sentidos–, algo intuyó cuando le preguntó su nombre y, mirándola fijamente con unos ojos difícilmente olvidables, le dijo, "Marlon Brando"… Y Stella le abrió la puerta.

 

 

 

Marlon ingresó en el Taller Dramático de Erwin Piscantor, donde le fue asignada como profesora Stella Adler, y antigua alumna de Constantin Stanislavsky. Stella, como ya dije, se percató inmediatamente del talento de Brando, quien por primera vez en su vida se convirtió en un estudiante diligente. Con Stella aprendió que actuar era algo más que un bagaje de trucos técnicos, más que mímica, más que pasear con gracia sobre las tablas o declamar adecuadamente. Interpretar era un proceso creativo donde el actor tenía que hacer uso de todas las fibras de su personalidad, de toda su experiencia, de su conocimiento y de sus observaciones para dar forma a las ideas del autor. Para ampliar estos conocimientos, se inscribió en cursos de francés, artes plásticas y filosofía; estudió baile, esgrima y yoga, así como las expresiones de amigos y conocidos, almacenando sus impresiones para futuras experiencias. Por entonces y aunque era algo taciturno e inaccesible... pronto fue considerado el “mejor actor del Taller”. Apareció en obras de teatro como I Remember Mama y Truckline Café, dirigida por Elia Kazan, pero el éxito llegó en 1947 con Un tranvía llamado Deseo, obra Tennessee Williams dirigida por Elia Kazan donde también actuaban Kim Hunter, Jessica Tandy y Karl Maden. Brando interpretó el personaje de Stanley Kowalski... durante año y medio. Kowalski se fue adueñando de él en los momentos en que el tímido Marlon se enfrentaba a desconocidos. Comenzó en aquellos años un tratamiento psiquiátrico que se extendería durante años.

 

 

 

 

En aquella años, el actor Jack Palance le rompió accidentalmente la nariz a Marlon y este se negó a operarse. Su nueva nariz le daba un aspecto más duro y sexy a un rostro hasta entonces excesivamente perfecto... La vida de Marlon estuvo llena de matices, de luces, sombras, amores, desamores y de una ambigüedad que a Hollywood le venia muy bien para resaltar la figura de un actor que marcaría con letras de oro la Historia del Cine, porque papeles como el de Un Tranvía llamado deseo, El Padrino o Reflejos en un ojo dorado, no estaban entonces, ni ahora mismo en la meca del cine. Su primera película en Hollywood fue Hombres, una producción de Stanley Kramer dirigida por Fred Zinnemann, donde daba vida a un veterano de guerra paralítico que se incorporaba dolorosamente a la vida civil.  De regreso en Nueva York, reemprendió sus clases en el Actors Studio, que estaba dedicado a promocionar el sistema interpretativo y al ser Marlon Brando el primer componente del grupo, se convirtió en el actor modelo del Método. Los jóvenes estudiantes imitaban los detalles superficiales de su actuación, sus demoradas entradas, el moroso arranque de la frase, su represión emotiva o su violencia. Pese a que el nombre de Marlon Brando aparece ligado al del Actors Studio, su personalidad inconstante e independiente le impedía estar ligado a sus prácticas. Hombres recibió buenas críticas en general, pero fue la adaptación de Un tranvía llamado Deseo, la que lo catapultó a la fama. Aunque los periodistas vaticinaron que esta película acapararía todos los Óscar, solo Vivien Leigh, Kim Hunter y Karl Maden recibieron las estatuillas... finalmente el Óscar al mejor actor fue para Humphrey Bogart...

 

 

 

Quizá La Academia se negó a premiar a un actor que desdeñaba a Hollywood. Le ofrecieron hacer ¡Viva Zapata!, su director Elia Kazan siguió con su temática preferida: la de personajes que luchan por cambiar su entorno, a menudo inmovilista y corrupto, en pos de una sociedad utópica. Todo ello envuelto en un cine de compromiso. En esta película, se intenta humanizar y glorificar a Emiliano Zapata. Para dar una apariencia auténtica, Zanuck y Kazan estudiaron las numerosas fotografías que se tomaron en los años de la Revolución, entre 1909 y 1919, durante la que Zapata lideró la lucha por la restitución de las tierras que habían sido arrebatadas durante la dictadura de Porfirio Díaz. Kazan quedó impresionado especialmente con la colección fotográfica de Agustín Casasola e intentó recrear su estilo visual en el film. Además, para tratar de ser más correcta con la historia de la Revolución, Steinbeck hizo una investigación extensa sobre Zapata y también organizó entrevistas con miembros del movimiento zapatista. En esta investigación, por ejemplo, Steinbeck descubrió evidencia que indicó que Zapata estaba casado. La adición del personaje Fernando, quien tomó el rol del consejero de Zapata, ha tenido un gran impacto en la interpretación de la película. Kazan y Steinbeck fueron criticados por el personaje de Fernando porque las críticas pensaban que el personaje era un organizador comunista demasiado obvio. Otros personajes poco históricos eran Eufemio, el hermano de Zapata, y Pablo, el socio de Zapata. Estos dos personajes lo traicionaron y no solo a él, sino también a la Revolución entera. La complejidad de la Revolución hizo que la representación de Madero difiera mucho de la realidad histórica. En ¡Viva Zapata! Madero era mucho más débil que en la realidad y la película deja de mencionar que Madero, junto con Huerta, trató de conspirar contra Zapata. En esta película, Elia Kazan retrata el México rural de principios del siglo XX. Es una obra lírica tanto en su aspecto argumental como en el estético y fué un sonado éxito a todos los niveles, Brando estaba extraordinario. Maravillosa película que narra la vida de Emiliano Zapata... El comienzo de la película deja claro la postura que le harán tomar, ya desde el principio apuntándolo en la lista negra por defender con palabras a su pueblo. Brando como siempre, está genial, sin menospreciar la magnifica actuación de Anthony Quinn (que le valió un Oscar). Elia Kazan hace resurgir la leyenda del revolucionario Emiliano Zapata y lo que hubo de pasar por su pueblo que se encontraba maltrecho. Preciosa música por la que Alex North estuvo nominado, claro que ese mismo año estaba también por “Muerte de un viajante”, se decantó el premio para Dimitri Tiomkin “Solo ante el Peligro”, al igual que su actor “Gary Cooper” que se lo arrebató a Marlon Brando... Mi secuencia favorita es cuando Zapata sube al poder y otro campesino, vivo reflejo de su juventud, le reprocha la falta de agua y víveres para el pueblo. Él apunta su nombre y al hacerlo se da cuenta en que se está convirtiendo, en un dictador igual al que él tuvo que derrocar. Magistral película que con el paso del tiempo se valora mucho más.

 

 

 

 

Brando era cada vez más famoso, pero los papeles que le ofrecían eran poco interesantes. Aceptó la oferta de Darryl F. Zanuck para actuar en la superproducción "Sinuhé el egipcio", pero se retiró del proyecto tras el primer ensayo. Zanuck presentó una demanda por incumplimiento de contrato y finalmente la Twentieth Century-Fox accedió a retirarla si Brando interpretaba a Napoleón en el romance histórico Desirée, Brando odiaba el papel, pero si lo abandonaba se enfrentaba a la cárcel. Fue una época muy dura, ya que además su idolatrada madre murió repentinamente de un ataque cardiaco. Deseoso de hacer algo más ligero, aceptó intervenir en Ellos y ellas "Guys and Dolls, de Joseph L. Mankiewicz", la versión cinematográfica de un musical de Broadway, con Jean Simmons y Frank Sinatra. Para prepararse, retomó sus clases de canto y baile, lo que no impidió que su interpretación fuese mediocre, a tono con el resto del filme. A los treinta y un años, Marlon Brando comenzó a desprenderse de los extravagantes adornos de su personalidad. Cesaron las declaraciones escandalosas y las locuras publicitarias, ya no vestía tejanos ni lanzaba insultos contra Hollywood. Tras Ellos y ellas llegó otro: La casa de té de la luna de agosto. El tema de la exitosa novela, convertida en obra teatral y luego en guión cinematográfico, donde unos japoneses engañan a las fuerzas armadas de los Estados Unidos, junto con la atracción de Brando hacia la cultura oriental, decidieron que participara en la película. Redujo drásticamente su peso y estudió japonés, su papel resultaba creíble y fué un éxito mundial.

 

En 1947 actuó con Tallulah Bankhead, gran estrella de Broadway, pero la relación fue muy corta... ella lo acusó de masticar ajo antes de las escenas de amor…Poco le importaba, porque compensó la colección de feas–flacas–gordas llevándose a Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Grace Kelly… y Jackie, la viuda de JFK, antes de que subiera al colosal Cristina de Aristóteles Onassis, como presagió Charles de Gaulle después de conocerla:

 

–"Es una mujer interesante… pero va terminar en el yate de un petrolero "-.

 

 

 

 

 

 En cuanto a sus inclinaciones gay, confeso nombres: Cary Grant, Rock Hudson, James Dean, Laurence Olivier…y también dijo: "lo mismo que revolcarme con cuatro o cinco mujeres al mismo tiempo. Un desenfreno que nació a mis cuatro años, cuando mi niñera y yo dormíamos desnudos, y la amé en secreto…, hasta que se casó y abandonó mi hogar. Juro que pasó parte de su vida tratando de encontrarla . Pero su adicción a las mujeres no fue mayor que su salvaje necesidad de comer a todas horas. Mientras filmaba era capaz de rebajar hasta veinte kilos con dietas criminales, pero pasados sus 40 años ese mecanismo aceitado y automático se hizo pedazos… y llegó a pesar 117 kilos: enorme escollo para su vida sexual…Truman Capote le entrevistó durante horas durante la filmación de Sayonara. La entrevista, tan larga como brillante, se publicó en la revista The New Yorker. Brando pasó la mayor parte del tiempo acostado en el suelo y bebiendo vodka. El encuentro se tituló: "El Duque en sus Dominios". Por alguna razón, Brando explotó luego de leer la última línea:

  

 –"Voy a matar a ese pequeño hijo de puta...Voy a golpearlo con un fideo mojado"-

 

 

Marlon Brando fue un hombre extraño. Según Truman Capote y Arthur Miller, "no demasiado inteligente". Ambulando entre su casa estilo japonés de Los Ángeles y su isla privada en la Polinesia, acabó despreciando su oficio excepto si le pagaban cifras astronómicas. De escasos amigos, sólo tuvo debilidad por JAMES DEAN Y MONTY CLIFT, también por Johnny Deep, y el estrafalario promotor de boxeo Don King. Sus dos Globos de Oro, luego dos Oscars por El Padrino y Nido de Ratas, más una colección de medallas y diplomas, acaso no compensaron la tragedia de 1995: su hija Cheyenne se ahorcó en su casa de Tahití… Pero, antes y después de todo, desde su primer día en la clase de Stella Adler hasta su último minuto en cámara, fue un actor absolutamente genial. Irrepetible.... Aullando ¡¡¡Stella!!! como el tosco Kowalsky, muriendo como Emiliano Zapata acribillado por un enjambre de fusiles, o en las sombras de su escritorio de Capo di tutti, con la mano extendida, esperando el beso a su anillo…

 

 

 

 

La Paramount, al borde de la bancarrota, había comprado los derechos de El padrino antes de que la novela de Mario Puzo se convirtiera en un éxito de ventas. El escritor, encargado también de la escritura del guión, sugirió el nombre de Marlon Brando para interpretar a Vito Corleone, pero los productores se negaron en redondo al recordar los desastres financieros de Rebelión a bordo o Queimada. Con Coppola, el proyecto pasó a ser una superproducción; Brando se interesó por el papel y accedió a realizar una prueba, la primera desde aquellos lejanos días de Broadway, que convenció a los productores. El padrino se convirtió en un clamoroso éxito de taquilla y situó a Brando de nuevo en las portadas de las revistas. Volvió a ser considerado uno de los mejores actores norteamericanos de todos los tiempos, algo impensable considerando la mayoría de sus películas de la década pasada. y el padrino su obra mas sobresaliente, y considerada una obra maestra absoluta. Antes de El padrino, Brando había aceptado protagonizar El último tango en París (Last Tango in Paris, 1972), la nueva y arriesgada película del director italiano Bernardo Bertolucci, junto a Maria Schneider. En esta película, enfocada como ejercicio psicológico, no se llega a saber dónde acaba Brando y dónde empieza su personaje. Desde su estreno se convirtió en un filme controvertido. En Francia fue un éxito de crítica y público; en Italia, como en España, fue censurada; en Estados Unidos provocó reacciones encontradas, pero lo que si es cierto es que el film, no deja a nadie indiferente. Es una buena, buenísima película y toda una obra maestra.

 

 

 

 

 Cuando a los 20 años el joven Marlon estaba lo bastante maduro para representar un papel en "I Remember Mama", una producción de Rodgers y Hammerstein, sopló viento... Tras la representación, alguien llamó a su camerino y el actor se topó con el rostro familiar de una actriz cuya ambigüedad sexual sólo era comparable a la de Brando: Marlene Dietrich. Ante el asombro del actor, ella se arrodilló, metió la mano en su bóxer y por un rato se convirtió en lo que él llamaría después "la más perfecta pipa del mundo". Después de su ofrenda, la actriz se presentó: "Perdóneme señor Brando, soy Marlene Dietrich y he admirado mucho su representación de esta noche". Desde ese acto inaugural ella, 23 años mayor que él, lo invitaba a cenar y le urgía a terminar pronto el postre "sin dejar ni una miga. Vas a necesitar mucha fuerza para lo que he previsto para nosotros esta noche". También Montgomery Clift lo admiró en "I Remember Mama" y comenzó una amistad intensa. Los críticos comparaban su manera de actuar y a ambos se les pedían papeles de tipos torturados; pero Monty siempre seguía un acercamiento intelectual al personaje; Brando era más instintivo, como quedaría demostrado en el papel de Stanley Kowalsky en "Un tranvía llamado deseo". Su relación fue llena de claros y obscuros, ya que Brando no soportaba las continuas depresiones de su amigo. Monty se culpabilizaba de sus tendencias homosexuales, mientras para Brando cualquier tipo de sexo era gozo. Antes incluso de enfriarse la pasión, Brando compatibilizaba a su amigo con Doris Duke, la mujer más rica del mundo. Brando tuvo tiempo también para frecuentar las sábanas de seda de Leonard Bernstein, el compositor de West Side Story. A esa obra llegó tarde el joven Brando, pero no a Antígona, que le valió el aplauso de uno de los grandes actores ingleses shakesperianos, Sir Lawrence Olivier...el cual se presentó en su camerino diciendo:

 

- "Qué maravilla de representación. Soy el que se ha casado con Scarlett O’Hara"-

 

 

 

 

 Brando le quitaría a Olivier el papel de Don Corleone en El Padrino. Aquel 1973 le quitó también el Óscar para el que estaba nominado Olivier por su papel en "La huella". A Burt Lancaster, que tenía una historia con Shelley Winters, le robo también el papel de Kowalsky en Un tranvía... Lancaster no maldijo su suerte, ya que disfrutó durante varios meses de su irresistible burlador. Al conocer la relación, una amiga común dijo: "No hay sobre la tierra dos hombres tan bellos, se merecen el uno al otro". Marlon, como había hecho con Monty Clift, Olivier o Cary Grant, en lugar de mostrarse agresivo con los actores con los que tenía que competir, intentaba seducirlos. Shelley Winters era, desde luego, una seductora de primera, en su curriculum figuraron, además de Lancaster, Sean Connery, Robert de Niro, Howard Hughes, Dylan Thomas, Clark Gable o Errol Flynn, sin agotar ni de lejos el inventario. Ella y Brando eran tal para cual y, fueron amigos vitalicios. Después de incorporar a su lista de amantes los nombres de Ingrid Bergman y Bette Davis, con Joan Crawford sufrió el primer gatillazo de su vida. Debió de asustarse tanto que se fue a París. De la mano de Roger Vadim, el hombre que se casó con Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Jane Fonda, frecuentó los bistrots del Barrio Latino, en donde conoció a Camus, de Beauvoir y Sartre. Junto a Boris Vian, los vieron quemar París en noches largas de alcohol y mujeres bonitas como Juliette Greco. Su mejor conquista en París, ciudad que amaba por encima de todas, fueron los actores Christian Marquand y Daniel Gélin, que habían sido introducidos en el sexo de los filósofos antiguos por Jean Cocteau. Marlon hacía el amor con Christian a la hora de la siesta y con Daniel por la noche. Truman Capote más de una vez vio al trío y le dijo a Tennessee Williams:

 

 - "Eran tan jóvenes, tan bellos y tan incapaces de disimular su amor, que me conmovían".-

 

 

 

 

 

 En 2002,  Brando dijo: "Sólo he amado hombres en mi vida y los demás fueron barcos que pasaron en la noche". Por una ironía del azar, fue la hija ilegítima de Daniel, Maria Schneider, quien le dio la réplica en "El último tango en París". Uno de sus más tristes episodios amorosos fue el que protagonizó con la delicada y romántica actriz Pier Angeli. Paseando de noche por los foros romanos, tomó su cuerpo al asalto. Ella escribió: "Después de lo de esta noche, sólo te pertenezco a ti. Vamos a casarnos". Marlon salió huyendo de Roma. Pier conquistaría la fama en Hollywood, rompería el corazón de James Dean y sería amada por muchos. Brando terminó en un hospital a los ochenta años. Terriblemente obeso y deprimido, y la muerte de sus amigos íntimos, en su última década fue un símbolo de una época que iba llegando a su fin.  Ganó dos Óscars, creó en más 40 películas una fauna inolvidable en la mitología del cine e hizo de su vida un desafío a todos los tabúes.

 

 

 

- "Soy yo mismo", -dijo en cierta ocasión,- "y si tengo que darme cabezazos contra una pared para seguir siendo yo, lo haré".-

 

 

 

Se puede relatar, escribir mucho mas, basándome en los textos de Andrew Coven, de los que he extraído lo mas interesante y recordar el buen amigo que fue y ante todo el mejor actor que ha dado la historia, al hombre libre que era y sus interpretaciones para el cine, que son prueba de su profesionalidad y estudio en todas las escuelas de interpretación del mundo....

 

 

 

Espero que mis descendientes puedan escribir sobre todo esto..

(Andrew Coven )

 

 

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